Hoy en día la educación especial juega un papel fundamental en
la sociedad venezolana, ya que a través de los distintos mecanismo que se han
implementado en todas las instituciones educativas, en su mayoría se está
cumpliendo la gran parte al darle a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y
adultos
con
cualquier discapacidad psíquica,
físicas
y
motoras
las
nuevas herramientas para que adquieran los conocimientos necesarios, y de la
misma manera puedan obtener una educación integral, de calidad donde no debe
existir ni la exclusión, ni discriminación alguna, ya sea por raza, género, sexo,
discapacidad o cualquier otra índole con que puede contar el ser humano.
Convivir y actuar según el enfoque de la inclusión social es un proceso que
requiere el involucramiento, acciones coordinadas, unificación de criterios de todos
y cada uno de los actores sociales, desde el ámbito gubernamental hasta los
encargados de la formación de los educandos en las escuelas.
Una de las características de la sociedad incluyente es la apertura de las
escuelas a toda la población, de manera que todos los que lo desean tengan
oportunidad y puedan acceder a una educación de calidad, permanecer en el
sistema, participar en todas las actividades y prácticas socio–educativas, para
integrar a la comunidad educativa y de la sociedad en general.
Sin embargo, para lograr una escuela incluyente requerimos construir una
sociedad incluyente, en la que todos quepamos, con nuestras diferencias y
particularidades, con nuestras dotes y habilidades, con nuestros conocimientos e
ignorancias.
Una sociedad que dé oportunidades a todos sin importar condición social,
ni sexo, edad, creencias u origen étnico, y todos tengamos los mismos derechos y
obligaciones sin privilegios ante la ley y de ninguna clase; esa es una sociedad
inclusiva, que brinda oportunidades para todos.