de tiempo. Tal vez, ese niño permanezca en esa situación un breve periodo de tiempo por
causas externas a él, por tanto deberíamos analizar su entorno y cómo le repercute y, en
caso necesario contar con la ayuda de un especialista. A menudo, estos niños son
“apartados” de un grupo social, algo que es discriminatorio y perjudicial. Un niño que
padezca dicha patología puede estar integrado socialmente, ello conlleva seguir unas
pautas de conducta, normas, tareas, etc.
El trabajo en equipo tiene gran importancia en cualquier ámbito laboral, que aún resulta
más evidente en el entorno escolar. Como ser humano y como ser social, necesitamos de
los demás no solamente para socializarnos sino también para aprender los unos de los
otros. Formar un verdadero equipo de trabajo resulta provechoso para cada una de las
personas que lo componen a nivel individual, y también para el equipo en su conjunto.
Respetar las ideas de los demás, colaborar con los compañeros, aprender de todos…
proporciona gran satisfacción.
El trabajo en equipo, en nuestro caso, es totalmente beneficioso para el alumnado. La
construcción de una escuela inclusiva, si bien es una responsabilidad de la administración
educativa, también debe ser un compromiso de todas las personas que nos movemos en
torno a la importante tarea de la educación de los niños, niñas y jóvenes: profesorado,
padres y madres, el propio alumnado, la comunidad social donde se ubica la escuela, el
movimiento ciudadano, etc. Educar no es fácil y los problemas aumentan en casos de
niños que presentan trastornos.
El trastorno oposicionista desafiante es una psicopatología que afecta aproximadamente
al 5% de la población infanto-juvenil. En algunos casos los síntomas se atenúan con la
edad pero en otras ocasiones se recrudecen. De esta forma, muchos padres no saben qué
hacer ni qué medidas tomar para contrarrestar los comportamientos que le hacen daño
tanto al niño o al adolescente como a quienes conviven con él.
Se debe conocer que existen diferentes aproximaciones terapéuticas ante este trastorno.
Casi siempre, la primera opción del psicólogo es optar por la orientación psicoeducativa;