El autismo se presenta en 1 de cada 500 nacimientos a una tasa de 5
varones por cada niña. Es el tercer problema más común de desarrollo, después
del retraso mental y la parálisis cerebral, y afecta actualmente a 400,000 personas
en los EE. UU.
Según las estadísticas del Departamento de Educación de los Estados
Unidos y otros organismos gubernamentales, el autismo crece a una tasa
sorprendente de 10 a 17 por ciento anual. Se desconoce si esta estadística
representa un aumento real del número de niños autistas o si se ve afectada por
una mayor vigilancia y una definición más amplia del trastorno.
El autismo (TEA) es considerado un trastorno de espectro, en el que en un
extremo se ubican los niños que se desenvuelven bastante bien con síndrome de
Asperger y en el otro, aquellos que tienen discapacidades mayores. Los niños
pueden ubicarse en cualquier punto de este espectro, pero lo que todos presentan
en común son dificultades en cuanto a las habilidades sociales y de comunicación.
Definición de autismo
El autismo es un trastorno neurobiológico complejo que impacta el desarrollo en
áreas relacionadas con la interacción social y las habilidades comunicativas, y que
dura típicamente a través del curso de la vida de una persona.
El autismo son “trastornos de un espectro” (TEA). Esto significa que afectan de
manera distinta a cada persona y pueden ser desde muy leves a severos. Las
personas con TEA presentan algunos síntomas similares, pero hay diferencias en
el momento en que aparecen los síntomas, su intensidad y su naturaleza exacta.
El autismo generalmente comienza en el nacimiento o en los tres primeros años
de vida. Es el resultado de un trastorno neurológico que modifica la forma en que
funciona el cerebro, causando retrasos o problemas en muchas habilidades
diferentes desde la infancia a la adultez. Por ejemplo, niños como adultos con
autismo generalmente exhiben dificultades en la interacción social, así como en la