EDUCACIÓN EN GRECIA ANTIGUA LA EDUCACIÓN EN GRECIA ANTIGUA Astrid | Page 23

pues consideraban la propiedad individual como una especie de usufructo y nada impedía a los servidores del Estado-propietario el robar. La educación intelectual ocupaba un lugar reducido y secundario en la formación de los jóvenes espartanos. Generalmente ignoraban el alfabeto, despreciaban la elocuencia y cultivaban el laconismo o parquedad en las palabras. La enseñanza de la escritura y de la lectura parece que no formaba parte de la educación pública; en cierta época fueron objeto de enseñanza privada. Las ciencias y las artes no eran apreciadas. Sin embargo, se cantaban partes de los poemas homéricos. LA EDUCACIÓN EN ATENAS Carácter. — La educación ateniense difiere profundamente de la espartana, por su organización y por su espíritu. Constituye el tipo más representativo de la educación griega. En ella vamos a encontrar, en toda su plenitud, el humanismo pedagógico con su culto por la libertad y su preocupación por el desarrollo armónico de la personalidad. Con extraordinaria perspicacia caracterizó el historiador ateniense Tucídides las excelencias de la formación ateniense sobre la espartana: “No educamos a nuestros niños mediante procedimientos de violencia, sino dejando que libremente se desarrollen hasta hacerse hombres. Amamos y cultivamos lo bello, sin vana ostentación. Amamos la verdad, tendemos hacia el conocimiento sin dejarnos ganar por la molicie ni la holganza. Somos atrevidos y hasta temerarios, pero nuestra exaltación no nos impide darnos cuenta del alcance de nuestra empresa.” Educación familiar. — Tanto en Atenas como en Esparta los niños recibían de sus padres la primera educación. Se les enseñaba poesías y cánticos apropiados para infundirles buenos sentimientos y se aprovechaba su afición a los cuentos y fábulas para inculcarles principios morales. El culto doméstico y la asistencia a las ceremonias públicas fomentaba en ellos la reverencia a las divinidades. El amor patrio se cultivaba en la vida hogareña y en las manifestaciones sociales. , La tradición nacional se trasmitía al vincular el joven con el adulto, el niño con el pedagogo, el maestro con el discípulo; estableciéndose una mutua simpatía que proporcionaba un ejemplo directo para la formación del carácter.