Edición 94 Metroflor MetroFlor_94WEB | Page 86

LAS TRAMPAS DEL EGO Y EL DESPERTAR DEL SER ARTÍCULO Las trampas del ego y el despertar del ser la punta del iceberg, pues en nuestro subconsciente se encuentra el centro de control que dirige nuestro compor- tamiento en el mundo exterior. ISABEL PEÑARANDA Msc Ciencias Agrarias C uando observamos a nuestro alrededor, ve- mos personas despla- zándose de un lado para otro, vemos el tráfico, casas, edificios, avisos publicitarios y una innumerable cantidad de objetos que hacen parte de nuestra realidad. Pero debajo de ese mundo que hemos creado, se encuentran seres humanos con personalidades específicas, con pensamientos, sentimientos y accio- nes; lo que se manifiesta exterior- mente de cada uno de nosotros, es El concepto que formamos de nosotros mismos, viene desde la in- fancia, cuando necesitamos que se nos acepte como somos, pero se nos empieza a exigir que cumplamos con determinados comportamientos y re- glas que vienen de los adultos; aquí nace la angustia fundamental del niño y se manifiesta como la herida de la infancia. Este proceso continúa y se consolida aún más en la adoles- cencia, con toda la información que obtenemos del entorno se va forman- do la personalidad y se va fabricando la fantasía del Ego, es no es otra cosa que una elaboración de la mente que se fundamenta en los que pensamos de nosotros mismos. La elaboración inconsciente de un falso ser acopla- mos a nuestro verdadero ser y que nos permite relacionarnos de forma su- 86 Revista Metroflor Edición 94 • www.metroflorcolombia.com perficial con el mundo, evitando que puedan conocernos realmente. “El ego no es lo que realmente somos. El ego es nuestra autoima- gen, nuestra máscara social. Es el papel que estamos desempeñando. A la máscara social le gusta la apro- bación; quiere controlar, y se apoya en el poder porque vive en el temor” (Deepak Chopra). En la edad adulta, las manifesta- ciones del ego son diversas. Una de ellas es la inmersión absoluta en la creencia de que somos lo que hemos estudiado o lo que no, o somos lo que hacemos o el vacío de lo que no hacemos, que somos las posesiones o bienes materiales que tenemos o la sensación de malestar por lo que no tenemos, quizá los pensamientos de agrado o desagrado por la aparien- cia física que proyectamos cuando estamos frente a un espejo o frente a alguien más.