Edición 13 Revista Huracán - Edición 13 | Page 10

A principios del año 2000, la actividad corrió peligro en el Globo por falta de fondos. Mabel, que había su- frido hace poco una grave lesión en su rodilla, decidió alejarse de las canchas y dedicarse al manejo del fútbol femenino. “Hicimos un trabajo importante en Huracán. Pude mantenerlo con nada en Primera. Es mi casa, lo era antes de jugar y hoy también”. ¿Cómo era financiar la disciplina en momentos de crisis? No nos daban recursos. Mangueábamos por todos lados, les pedíamos suministros a los médicos. Hasta hacíamos trabajo de cancheras antes de los partidos. Hubo días donde lloraba sola en el vestuario porque no podíamos salir adelante. Pensaba que con nuestra generación se terminaba el fútbol femenino, pero ésta superó todo. ¿Sentís que pudiste poner tu granito de arena al desa- rrollo general del deporte? Luché mucho desde las sombras. La gente y los direc- tivos valoran lo que hago. Mi mamá también, aunque Con Pipi Peralta. no entendía por qué guardaba plata de mi sueldo para cubrir gastos del club. Lo hacía con convicción porque pensaba que se venía algo grande. Logré el objetivo de que Huracán tenga una actividad completa de fút- bol femenino. Generamos los espacios que no tenía- mos en nuestra época. ¿Cómo te impactó la vinculación profesional de las in- tegrantes del plantel? Ver que Pipi Peralta firmó su contrato es como que lo haga yo. Esperé mucho tiempo para estar presente para eso. Hoy ella puede mantener a sus hijos por ser juga- dora de Huracán. Tengo una enorme alegría por ello. ¿Quedan metas por cumplir a futuro? ‘La Mabel dirigente’ logró algunos objetivos. Pero la meta máxima es ganar un campeonato. Cambio todos los Alumni y reconocimientos individuales por lograr un campeonato en Huracán. Quiero un torneo o meterme en la Copa Libertadores. Lograr que las chicas se suban a un avión para jugar en el exterior sería fantástico.