deseado por los anunciantes) que, con la posibilidad de elegir, buscaba algo diferente en televisión. En este sentido Canción triste de Hill Street se convirtió en un catalizador para el cambio gracias a su realista representación del trabajo policial y su compleja estructura argumental en la que se combinaban las tramas autónomas (llamadas episódicas) con las tramas continuas (llamadas seriales). A pesar de unos inicios
complicados, el programa arrasó en los premios Emmy de 1981 (veintiuna nominaciones y ocho premios) y se hizo con una notable audiencia, llevando a su momento de mayor popularidad a la productora MTM, que tanto en el terreno de la comedia con La chica de la tele como en el drama con Lou Grant siempre había apostado por la calidad como la mejor arma para conquistar a la audiencia.