Entre las ciudades de Guayaquil y Durán, en medio del gran río Guayas, se encuentran dos islas que
han sido parte importante de la historia de esta región: la isla Santay y la isla Gallo. Formadas
originalmente por la acumulación de sedimentos, estas islas están ahora rodeadas por árboles de
manglar. En el interior de la
isla Santay, y como testimonio
de esa relación permanente
con el río, existe una gran
planicie que se inunda en
épocas de invierno. Este gran
humedal es aprovechado por
aves acuáticas que encuentran
ahí un importante sitio de
descanso, refugio y anidación.
Es un lugar cercano a la ciudad de Guayaquil y, como su nombre indica, comprende un gran lago
artificial, producto de un embalse sobre el río Chongón que mantiene una franja de vegetación a su
alrededor. El embalse fue construido para trasvasar agua hacia los sistemas de riego y consumo
humano de la península de Santa Elena. Posteriormente, con la finalidad de aprovechar el paisaje
originado por el embalse, se lo convirtió en un parque ecológico con áreas de recreación. En el área
existen varias especies de árboles nativos propios de la zona seca y semiseca de la costa como son el
amarillo, el bálsamo y el colorado.