Durante la realización de una Maestría en Educación Universitaria, aquí en Venezuela, me sorprendió descubrir el grado de dificultad que poseen algunas personas a desechar viejas formas de pensar y formar de allí nuevos modelos de pensamiento. Para cualquier docente en la actualidad la ruptura de paradigmas pareciera ser un denominador común en esa búsqueda de innovación que se requiere para formar parte de esos nuevos paradigmas educativos del siglo XXI.
En este sentido, nuestro país, es hoy en día pionero en la incorporación de las TICS dentro de sistema Educativo Nacional a través de programa CANAIMA, creado en el año 2009 y el cual proporciona a cada niño estudiante de cada escuela primaria pública, una mini laptop denominada “Canaimita”, y entre cuyos objetivos más importantes busca “Transformar la praxis docente con el uso crítico y creativo de las Tecnologías de Información Libres” y “Desarrollar las potencialidades en Tecnologías de Información Libres, para el apoyo a los procesos educativos”, lo cual tal vez implica no solo estudiantes privilegiados por el acceso a herramientas impensables en otros rincones del mundo, sino un cuerpo docente preparado, interesado y dispuesto a formar parte de la nueva corriente de cambio en la educación Venezolana en los últimos años. Sin embargo, esto último no es totalmente cierto.
Actualmente es frecuente observar a cientos de docentes que solo utilizan las computadoras en el aula para generar “espacios de juego” para los estudiantes como premio e incentivo por su buen comportamiento, o para que los niños coloquen música en los ratos libres en el salón de clases y así mantenerlos distraídos, lo cual definitivamente constituye una subutilización de los recursos, debido a la resistencia de quienes guían los aprendizajes, a continuar la preparación en el manejo de estos equipos.
La Resisencia al cambio: Una actitud contradictoria
Por Ing Evelyn Rojas S
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