Dí Arte Folleto Dí Arte 6 | Page 21

OCURRE QUE A VECES ME DETENGO Ocurre que a veces me detengo y resumo. Volar: ha sido, sin describirlo tanto, dar alivio al hombre… dejarle irse en oleadas de calor y de frío hacia él mismo, hacia el incierto de sus emociones. Sentir: sin tantos aciertos, es permitir que sean los sentidos los que sin pausa se contagia, divaguen en el esplendor del día, se agudicen al instante en que la brisa o el trinar atisben el amanecer o el palpo de una mano. Callar: es solo cerrar los ojos y detener el tiempo; unos cuantos minutos bastan para alivianar el día. Cantar: es una cierta memoria que vibra al compás de un tono, aquella vieja melodía siempre te recuerda. Soñar: es más común, nada es igual ahí, se desvaría un poco paisaje a paisaje, calle a calle y uno trata de ver con los mismos ojos gastados lo que no ha visto de este lugar invariable. Caminar: es un silencio de hojas, de pastos, todo en él es sucesivo y anterior, queda siempre atrás, en él todo es ir, pasado, es un continuo encontrar del asombro y sí, tal vez hallar la nueva ruta ya olvidada. Hablar: desvanecer al otro, volverlo inconcluso e intransitable, pues, en ese instante la voz que irrumpe trasciende lo que se piensa y allí la palabra asidua y furtiva no te deja escucharte, ni a nadie, pues al hablar no te escuchas. Bailar: es como un brillo que nace, como la oleada de fugitivas luces que de un árbol brotan como lamparillas, un, dos, tres y vuelta, un, dos, tres, sin parar, un, dos, tres, y aún sigues bailando. Sonreír: siempre es un devenir tardío, lento; no mora en el rostro mucho tiempo, se aísla, es un barullo que nace de una idea cualquiera y así 21