INFORME ESPECIAL
Hay aspectos psicológicos que contribuyen al fenómeno de nacionalismo y también hay aspectos
del nacionalismo que contribuyen a la retórica anti-inmigratoria.
Daniel W Parker, PhD
Pero pocas veces personas piensen que sus identidades culturales y nacionales tienen que ver con la propia muerte? Entonces
que tiene que ver el nacionalismo con tu propia muerte? Tal vez más que pensara. De hecho, hay mucho que psicología dice
sobre este asunto.
Como humanos, somos tan inteligentes que aprendemos que estamos aquí, es decir que nos damos cuenta de nuestra propia
existencia, y que esta realización es grande y edificante, pero también aterradora porque nos damos cuenta de nuestra
propia inexistencia y poniendo en duda el significado de todo esto. Para manejar este terror existencial nos incorporamos y
abrazamos las visiones del mundo cultural que nos proporcionan una estructura y valores que nos guían, y al mismo tiempo,
nos dan la sensación de que la vida tiene significa do y tenemos valor personal dentro de ese contexto cultural.
Hace 40 años, en su libro “La Negación de la Muerte”, el Antropólogo Cultural Ernest Becker propuso que las visiones del
mundo cultural proporcionan un amortiguador de la ansiedad sentida con la realización de la propia muerte y la muerte
de todo lo que uno se preocupa. De hecho, hay más de mil estudios científicos apoyando esta teoría (“la teoría del manejo
del terror”) y mostrando que cuando se le recuerde conscientemente de su propia muerte, las afiliaciones culturales y las
creencias de las visiones del mundo son fortalecidas para hacer frente a la ansiedad creciente debido a la conciencia de la
propia mortalidad.
Entonces, ¿qué hemos encontrado en estos estudios? Usando varios métodos científicos para concienciar a la gente de su
propia mortalidad, hemos visto que, por ejemplo, cuando se recuerda a los cristianos que algún día morirán, aman a otros
cristianos y tienen opiniones negativas del pueblo judío. Cuando se recuerda a los israelíes esto, aman a otros judíos y no les
gustan árabes ni cristianos. Cuando se recuerda a los alemanes que algún día morirán, se sientan más cerca de los alemanes y
se sientan más lejos de las personas que parecen ser inmigrantes turcos. Cuando se recuerda a los iraníes de su muerte, tienen
más apoyo y comprensión para los atentados suicidas. Cuando se recuerda a los estadounidenses de su muerte, demuestran
un mayor apoyo para el uso de armas nucleares, químicas y biológicas de destrucción masiva contra países que no representan
una amenaza directa para los Estados Unidos.
También estudios psicológicos muestran que en tiempos de crisis, las personas son más propensas a abrazar un cierto tipo
de líder, alguien que es una personalidad carismática, más grande que la vida, y que por lo general presenta una visión
radical que promete resolver la crisis. Tenemos estudios psicológicos que demuestran que cuando las visiones del mundo
culturales están amenazadas y la mortalidad es más destacada, es más probable que las soluciones carismáticas y radicales
sean adoptadas.
Entonces, ¿cómo relacionamos la creciente conciencia de la muerte, el reto de las visiones culturales del mundo y la adhesión
a los líderes carismáticos que proponen soluciones radicales? Podría ser que con el aumento de estos ataques terroristas, los
disparos masivos en lugares públicos y el discurso de odio transmitido, nuestra prominencia de mortalidad ha aumentado, y
también nuestra tendencia a afiliarse y apoyar estos que vemos como "uno de nosotros" y rechazar o atacar aquellos que son
diferentes y amenazan nuestra visión del mundo cultural.
Les dejo con una pregunta: ¿Puede la prolongada contemplación de la muerte hacer que las personas sean menos dependientes
de las cosmovisiones culturales para manejar sus temores de mortalidad?
MAYO 2017 | DRACMA | 33