El Poeta Giacomo Leopardi.
el Resurgimiento Italiano; los intereses eruditos cedieron ante los de la poesía. Ya en el año precedente al que él indicó, habían nacido las canciones A Italia y Sobre el monumento de Dante, y ahora le seguían la de A Angelo Mai y los primeros Idilios.
Al mismo tiempo en que se verificaba esta crisis en su ánimo, surgió su amistad con Pietro Giordani, misma que se mantuvo viva gracias a numerosas y afectuosísimas cartas y también por una visita de Giordani a Recanati en septiembre de 1818. Quizá estos contactos aceleraron en Leopardi el deseo de salir del cerrado ambiente de su adormilado pueblo, no sólo por un ansia de gloria, sino también para poder vivir una vida más intensa, junto a hombres doctos y espíritus nobles que él entonces pensaba había en el mundo, más allá de Recanati. Y por eso, al no consentirlo la familia, él intentó huir “de su natal pueblo selvático” (Leopardi, 1949, p. 27), pero descubiertas sus intenciones, tuvo que quedarse. Sin embargo, esa intención asume en la vida de Leopardi un significado simbólico: expresa su ansia de evasión de aquellos cerrados límites que le parecían que sofocaban la vida humana, había en él una romántica ansia de infinito que contrastaba duramente con las conclusiones de sus doctrinas mecanicistas. Recanati fue para él la prisión que representaba concretamente este sentido intolerable del “finito” de frente a su anhelo de “infinito”: pero precisamente por esto, como observó Momigliano (Cappuccio,1965) sus mejores poesías fueron escritas en Recanati.
Biblioteca del padre de Leopardi
doxa 39