12. Los mártires de Turín 1845 (MB. 2,261) Me pareció encontrarme en la plaza de Valdocco, en Turín, y dirigiendo mi mirada al río Dora, alcancé a ver entre los árboles, donde hoy esta la Avenida de Regina Marguerita, junto a la calle Cottolengo, en un campo sembrado de hortalizas, maíz, habichuelas y coles, tres hermosísimos jóvenes, radiantes de luz.
13. Triste fin de unos jóvenes que abandonan la religión 1846 (MB. 2,383).
Tuve un sueño que me causó mucho pesar. Vi a dos jóvenes que se salían de nuestro Oratorio y se alejaban de Turín. Pero apenas salieron de la ciudad se les lanzó en contra una fiera enorme de formas espantosas. Esta bestia los llenó de su asquerosa baba y los revolcó por el suelo dejándolos tan llenos de barro y de mugre que causaban asco…
14. El dinero para un cáliz y nueva entrevista con Luis Comollo 1846 (MB. 3,31).
Necesitaba un cáliz para celebrar la Santa Misa y no tenía dinero para comprarlo. Y una noche soñé que en un baúl de mi habitación había el dinero suficiente para comprar el cáliz. Por la mañana me fui a la ciudad a varias diligencias y andando por la calle me acordé del sueño que había tenido y me llené de alegría pensando que aquello pudiera ser realidad. Y fue tal la emoción que sentí que me volví inmediatamente para la casa a registrar el baúl. Así lo hice y encontré en el fondo del baúl la cantidad completa de dinero que cobraban por el cáliz.
15. El sueño del rosal 1847 (MB. 3,37-39).
“Un día del año 1847, después de haber meditado acerca de la manera de hacer el bien a la juventud, se me apareció la Reina del Cielo y me llevó a un jardín encantador. Había un largo pasadizo lleno de rosas. Enredaderas cargadas de hojas y de flores envolvían y adornaban las columnas, trepando hacia arriba, y se entrecruzaban formando un gracioso toldo.
16. Encuentro con el Rey Carlos Alberto 1847 (MB. 3,416).
Soñé que estaba paseándome por una avenida por las afueras de la ciudad de Turín. De pronto se me acerco el rey Carlos Alberto y se detuvo sonriente para saludarme.
17. El globo de fuego 1854 (MB. 5,58).
Vi en sueños un globo de fuego luminosísimo, sobre el terreno en donde más tarde se iba a construir el Templo a María Auxiliadora. Parecía que la Virgen confirmaba con esta señal que Ella seguía deseando que allí se le construyera un Templo desde donde Ella iluminaría a muchas almas.