Fundación de los Salesianos de San Juan Bosco
Algunos de los muchachos ayudados por Don Bosco decidieron hacer lo que él estaba haciendo, es decir, trabajar al servicio de niños abandonados. Y este fue el origen de la Congregación Salesiana. Entre los primeros miembros se encontraban Michael Rua, John Cagliero (que más tarde se convirtió en cardenal) y John Baptist Francesia.
En 1859, Bosco seleccionó al sacerdote experimentado Vittorio Alasonatti, 15 seminaristas y un niño de escuela secundaria y los formó en la «Sociedad de San Francisco de Sales» . Este era el núcleo de los Salesianos, la orden religiosa que continuaría su trabajo.
Cuando el grupo tuvo su próxima reunión, votaron sobre la admisión de Joseph Rossi como miembro laico, el primer hermano salesiano. La Congregación Salesiana estaba dividida en sacerdotes, seminaristas y «coadjutores» (los hermanos laicos).
Luego, trabajó con, Mary Mazzarello y un grupo de chicas en la ciudad de montaña de Mornese. En 1871, fundó un grupo de hermanas religiosas para hacer por las niñas lo que los Salesianos estaban haciendo por los niños.
Se los llamó «Hijas de María Auxiliadora». En 1874, fundó otro grupo más, los «Cooperadores Salesianos». En su mayoría eran laicos que trabajarían para jóvenes como las Hijas y los Salesianos, pero que no se unirían a una orden religiosa. También se ha escrito la Novena a San Juan Bosco, que también es muy recitada para enaltecer el trabajo de este gran hombre.
Obras de san Juan Bosco en la Educación
Aclamado como uno de los mejores maestros de su tiempo, San Juan Bosco, veía la educación como el medio para ayudar a los jóvenes cristianos a encontrar su lugar en la sociedad corporativa. Era el maestro del manejo del aula, una buena disciplina enraizada en la libertad y una fuerte identidad católica.
Para Don Bosco, las relaciones interpersonales fueron su enfoque principal al llegar a los niños. Él aconsejó a muchos de sus maestros que tomaran este enfoque con los niños bajo su cuidado.
Fue el primer sacerdote en introducir la recepción diaria de la Sagrada Comunión o la eucaristía en los internados. Cuando sus alumnos le preguntaron cómo podía vivir una vida larga y saludable, su máxima consistía en cuatro cosas: tener siempre una conciencia limpia, moderación en la comida, vivir una vida activa y rodearse de buenos compañeros.