de la migración y modas existentes. Los adolescentes indígenas en México
constituyen la población con mayores carencias y el menor grado de cumplimiento
de sus derechos fundamentales. Las causas del rezago educativo de esta población
incluyen, entre otros aspectos, el manejo de un idioma diferente del español, la
ausencia de un enfoque intercultural de los centros educativos existentes en gran
parte de las zonas indígenas, y la precariedad y marginación de sus pobladores.
Los jóvenes indígenas padecen entonces, una triple -y cuádruple si son mujeresexclusión: Exclusión étnica (por ser indígenas); exclusión de clase (por su situación
económica); exclusión generacional (por ser jóvenes) y, en su caso, exclusión de
género (por ser mujeres).
Diversos intentos se han llevado a cabo en diferentes campos, con el fin de que sus
voces sean escuchadas y conocidas más allá de sus comunidades, en la búsqueda
constante de su mejoramiento y reconocimiento de derechos. Como la Declaración
de la Juventud Indígena, emitida por jóvenes indígenas participantes de la 19ª
Sesión del Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas de la ONU, Festival de Música
Indígena Contemporánea, en el campo de la educación se han tomado varias
medidas de integración, como la creación del Consejo Nacional para el Fomento
Educativo (CONAFE); la Dirección General de Educación Indígena, la Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ha efectuado, entre otros
programas, un significativo trabajo de sensibilización sobre el carácter multicultural
de México. Todo esto, sin embargo, no ha sido suficiente. Para lograr el verdadero
cambio y mejorar el cumplimiento de los derechos se necesita el compromiso de
todos los sectores de la sociedad.
Es por eso que es indispensable garantizar a las y los jóvenes, y a las generaciones
venideras, entornos libres de discriminación, la cual constituye un obstáculo para el
desarrollo con equidad y el respeto y cumplimiento de los derechos humanos. La
discriminación es una forma negativa de trato diferenciado que se basa en el
estigma y el prejuicio, que restringe y niega los derechos, y vulnera la cohesión
social. Ejercer su autonomía para que las y los jóvenes puedan conducir sus vidas
conforme a sus propios principios. Para ello se deben garantizar condiciones
mínimas de justicia en la sociedad y reconocer y respetar la pluralidad de
identidades, manifestaciones y expectativas por parte de todos los integrantes del
Estado.
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