Una historia de lucha: la mujer y la política
A la democracia, para ser real, siempre le ha faltado un elemento básico: la mujer
adecuadamente representada.
Cuando las mujeres ganaron la batalla por el derecho al voto el acceso de la mujer
a la política empezó a construirse abriéndose camino para lograr igualdad en
México. A 53 años nos encontramos muy lejos de cumplir los Objetivos del Milenio
(ODM) previstos para 2015 en los cuales considera a la participación política de las
mujeres como un factor central para el desarrollo. Pese a todos los esfuerzos, la
desigualdad entre hombres y mujeres persiste. La ausencia de la equidad
las excluye de los espacios de toma de decisiones, sabemos que las mujeres no
intervienen en las decisiones políticas ni acceden a cargos de poder en la misma
forma que los hombres. Es muy destacada en el discurso político. Sí. Les encanta
hablar de la mujer. De su empoderamiento. Siempre y cuando no se trate de ejercer
el poder y; aunque en el discurso pregonen que luchan por el ascenso de la mujer
en la política, lo cierto es que aún queda mucho camino por recorrer.
Hay que señalar que la participación femenina en política se ha incrementado, pero
continúa siendo proporcionalmente baja. Si el principio de no discriminación es uno
de los pilares de los derechos de la persona ¿por qué en materia política se produce
tal discriminación?
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer de 1979 y diferentes instituciones nacionales e internacionales como el
Instituto Nacional de las Mujeres, se han preocupado por otorgar mayor apoyo
institucional a las mujeres con el objetivo de compensar los efectos de la exclusión
en la participación.
La democracia es un valor fundamental de los estados que requiere una
participación y una representación igual de los ciudadanos de ambos sexos en la
toma de decisiones, en la economía y en la vida social, cultural y civil. En este
sentido, las mujeres todavía tenemos muchos escalones por subir. La sociedad
debe desprenderse de los roles discriminatorios que todavía subyacen en ella y
adoptar medidas que favorezcan la participación política de estas. Una mayor
participación de mujeres en la política fortalece la democracia, en la medida en que
implica aceptación de la diversidad y obliga a ejercitar la tolerancia para aceptar
enfoques y estilos diferentes.
El acceso de las mujeres a la política no ha sido fácil y más cuando su espacio ha
sido considerado por excelencia, masculino. Para la gran mayoría de los hombres,
la incursión de las mujeres en los puestos de decisión en la política, han sido
considerados como una "invasión a sus territorios". Es importante entender que el
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