diálogos Digital Julio 2014 | Page 24

Desarrollo humano y gobernabilidad Durante décadas, una de las discusiones más acaloradas en las ciencias sociales ha sido las que están en torno al tema del desarrollo. Generalmente este concepto, está muy asociado a un enfoque económico, sin embargo, con el desarrollo de la economía y otras ciencias sociales el enfoque sobre el significado y los alcances de este concepto fueron transformándose. Por lo que en décadas recientes se ha generado una nueva aproximación a la visión que se tiene sobre el desarrollo, y es la delDesarrollo humano. El Desarrollo humano, puede entenderse como el nivel de satisfactores tanto económicos, políticos y sociales con lo que cuenta un individuo o una comunidad. Por los satisfactores económicos, se entiende el nivel de ingreso, cantidad y calidad en la infraestructura con la que cuenta, servicios públicos y privados. En lo político podemos hablar sobre las libertades políticas que los individuos tienen, la confianza hacia los gobernantes y las instituciones y en lo social, el nivel de escolaridad, el acceso a actividades culturales y deportivas, acceso a la salud pública o privada o la esperanza de vida de las personas, por mencionar algunos. Si bien el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su medición del Índice de Desarrollo Humano (IDN) contempla factores sociales y económicos (según la definición anterior), deja de lado muchos aspectos políticos fuera. Si bien se entiende que una medición de estos aspectos podría prestarse a un manejo parcial y para fines fuera del mismo desarrollo, poniendo en riesgo la imparcialidad de Naciones Unidas, es imperativo que se realice y sea una referencia importante, ya que “la democracia es una exigencia irrenunciable de toda estrategia de desarrollo independientemente del nivel de las condiciones de partida” (Prats, p-21). Y es la democracia el mejor entorno para poder hablar sobre el otro tema que compete al presente trabajo y es la gobernabilidad. La gobernabilidad la definiremos como la capacidad de los actores de peso político para llegar a arreglos en sus intereses respectivos conforme a las reglas formalmente establecidas. La definición anterior no implica que forzosamente un régimen democrático pueda garantizar la gobernabilidad. Esta se puede dar en regímenes políticos de corte autoritario, en donde su estructura política no es la de una democracia de corte liberal como lo puede ser China actualmente o inclusive con estructuras democráticas pero sin contrapesos reales como lo fueron muchos países de América Latina, incluyendo México, y actualmente Venezuela. Algunos llegan a pensar que la mejor manera para que avance un país es un gobierno fuerte, entendiendo esto como la existencia de un gobernante poderoso o 24