E D I T O R I A L
En el mundo actual se libran constantes e incesantes batallas por el poder, la riqueza y el
prestigio. El mundo organizacional se ha visto inmiscuido en la más feroz batalla por la
preferencia de los usuarios y potenciales clientes, sin embargo, solo aquellas que entienden y
practican el trabajo duro, la disciplina, el respeto y la valoración al consumidor alcanzaran el
éxito.
El éxito tan añorado, viene acompañado de la deontología profesional, un término que hace
referencia a los derechos y deberes de una profesión, de modo que un código deontológico
consiste en un conjunto de criterios, con normas y valores, formulados y aplicados por los
profesionales de determinados ámbitos, aplicable incluso en el área de las relaciones públicas.
Debe entenderse que el qué y el cómo se informa nunca es híbrido y sus consecuencias
pueden ser importantes no sólo para la comunidad, sino también para la empresa. Cuando
ésta se encuentra ante situaciones de crisis de credibilidad, en que su imagen corporativa está
seriamente dañada, no pocas veces se cae en la tentación de superar esta situación
transmitiendo mensajes falsos o engañosos.
Es en estas situaciones que el relacionista público hace uso de su ética y responsabilidad
moral para actuar no solo a favor de la organización para la cual trabaja sino también acorde
con sus principios y de acuerdo al código.