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Desde USTEC critican que el 70% de los encuestados dice que no conoce los protocolos de actuación contra las agresiones y revelan que la mayoría de docentes se sienten abandonados por la Administración ante los episodios de violencia. De ahí que exijan más implicación al Departamento de Enseñanza en la creación de un nuevo informe.
Sin embargo, desde la Generalitat aseguran que el nuevo protocolo está “a punto” y que en él han participado los sindicatos. Según la estadística de Enseñanza, el curso pasado se informaron de 21 denuncias por agresiones verbales (que son consideradas faltas) y en lo que ha transcurrido del actual se han comunicado 11. Las agresiones físicas son concebidas delitos y se han denunciado 11 desde el curso 2006-2007.
Referencia: Baquero, C. S. (8 de 4 de 2016). Una encuesta dice que el 14% de los docentes ha sido agredido físicamente. El País. Recuperado de http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/04/08/catalunya/1460145922_104514.html
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Un docente, en nuestro país, debe desempeñar su labor bajo tres máximas: reflexiona acerca de su praxis, pues su deber ha de ser siempre mejorar sus métodos de enseñanza; su saber fundante le permite tener otras visiones del mundo y, por ende, debe generar en sus estudiantes ese deseo por aprender; ser formador exige tener una postura ética, estética, filosófica y política sólida. De ello depende que el o la docente desempeñe su rol como recontextualizador de la cultura desde el orden de lo educativo.
En el marco normativo de la profesión docente, se puede apreciar una notable cantidad de definiciones de quién es un docente y de cuáles son sus roles en los diferentes ámbitos de la educación Colombiana, y hasta en aquellos en donde no se trata sólo de ejercer la profesión. Sin embargo, se considera pertinente agregar un perfil ético donde confluyan muchos de los deberes que no están explícitos, o están de manera “genérica” en las leyes.
La docencia, por cómo se concibe en los decretos y las leyes, es vista como “transmisión de conocimientos”, pero, en el mundo globalizado y competitivo en el que vivimos hoy en día, dominar un solo saber no es suficiente. Por tanto, lo que se reputa indispensable es la pregunta por la labor docente, ya que la vocación es un factor que no todos poseen cuando deciden enfrentarse a una formación de semejante magnitud. Ésto porque los deberes de un docente -aunque las leyes no lo digan de forma explícita-, no empiezan cuando se recibe el diploma, sino mucho antes: desde el momento en el que se decide por la profesión docente. Es por tal motivo que el docente en formación es una persona con vocación que asume una ética y una responsabilidad desde muy temprano en su carrera, al igual que los dilemas que se generan con esta profesión.