Aparte de mi fanatismo por comprar discos, había una revista mensual que esperaba siempre con ansiedad. Los primeros viernes de cada mes me plantaba a las 8 de la noche esperando que viniese el camión de reparto. Ansioso veía al diarero desempacar las revistas hasta que aparecía el Expreso Imaginario. Fundada por Jorge Pistocchi y Pipo Lernoud, el Expreso era una brisa de aire fresco en una Argentina triste dominada por la dictadura militar mas cruenta que se tenga memoria. El Expreso nos hablaba en un lenguaje distinto, evitaba moderadamente los temas prohibidos, que eran practicamente todos. Era una revista revolucionaria pero en otros terminos. Trataba de ecología, tribus nativas pero fundamentalmente lo que me interesaba era el suplemento Mordisco, donde ya brillaban Alfredo Rosso, Claudio Kleiman, Fernando Basabru, Cristina Rafanelli y Roberto Pettinato.
El director de arte era Horacio Fontova y las ilustraciones eran de Resorte Hornos. Obviamente me olvido de muchos nombres, pero bajo la batuta de Pistocchi y Lernoud se había logrado un producto único.