Detection and Treatment Spanish 2017 Spanish-Detection-Booklet_2017 | Page 3

¿Hay signos de que una persona tiene un aneurisma? La mayoría de los aneurismas son muy pequeños y nunca causan síntomas. Algunas personas descubren que tienen un aneurisma solamente cuando el aneurisma estalla (se rompe, sangra, tiene una pérdida, se produce una hemorragia) y provoca un dolor de cabeza intenso o incluso la pérdida de conciencia. Otros aneurismas se descubren cuando aumentan de tamaño y ejercen presión sobre los nervios, lo cual provoca problemas como visión doble. Aneurismas rotos Los aneurismas que han presentado una hemorragia se denominan aneurismas rotos. Cuando el aneurisma se rompe, la sangre del aneurisma generalmente va al líquido cefalorraquídeo que hay en el espacio que rodea el cerebro (el espacio subaracnoideo). Este tipo de hemorragia se denomina hemorragia subaracnoidea. La ruptura de un aneurisma normalmente provoca un dolor de cabeza intenso y repentino que los pacientes describen como “el peor dolor de cabeza que han tenido en la vida”. Otros signos de hemorragia subaracnoidea son náuseas intensas y vómitos, rigidez de cuello e incluso pérdida de conciencia. La hemorragia probablemente dura solo algunos segundos, pero puede tener varias consecuencias. La sangre puede destruir o dañar células cerebrales, ejercer presión sobre el cerebro o hacer que los vasos sanguíneos se estrechen. Este estrechamiento se denomina vasoespasmo (espasmo). El vasoespasmo puede provocar un infarto cerebral si las arterias se estrechan hasta el punto en que no llega suficiente sangre al tejido cerebral. Si hay mucha sangre en el líquido cefalorraquídeo, el movimiento normal de ese líquido se puede enlentecer o bloquear, lo que ejerce presión sobre el cerebro y causa lo que se denomina hidrocefalia. Aneurismas no rotos La mayoría de los aneurismas son bastante pequeños y no causan síntomas, a menos que se rompan. Los aneurismas no rotos pueden detectarse por casualidad en pruebas realizadas para otros problemas, como dolores de cabeza o enfermedad de las arterias carótidas. En algunas ocasiones, los aneurismas no rotos pueden aumentar de tamaño y presionar los nervios cerebrales, provocando problemas como visión doble, párpados caídos o dolor detrás de los ojos. En muy pocas ocasiones los aneurismas no rotos provocan dolores de cabeza crónicos. 3