Detection and Treatment Spanish 2017 Spanish-Detection-Booklet_2017 | Page 2
Introducción
Descubrir que tiene un aneurisma cerebral puede ser una experiencia atemorizante
y, en algunos casos, puede hacerlo sentir aislado. Sin embargo, la incidencia de
aneurismas cerebrales es más elevada de lo que uno se imagina. En Estados Unidos,
aproximadamente de 3 a 6 millones de personas, o bien 1 de cada 50, tienen aneurismas
cerebrales no rotos. La tasa anual de hemorragias subaracnoideas por ruptura de
aneurismas es de alrededor de 8 a 10 cada 100,000 personas; esto equivale a
aproximadamente 30,000 personas por año. En la actualidad existen varios métodos
prometedores para el tratamiento de los aneurismas, que dan esperanza a quienes
padecen esta enfermedad.
Este folleto está diseñado para brindar información y responder las preguntas que suelen
hacer los pacientes con aneurisma cerebral y sus familias.
¿Qué es un aneurisma cerebral?
Un aneurisma cerebral es un área debilitada y abultada en la pared de una arteria cerebral,
muy similar a un globo delgado o una parte debilitada en la cámara de un neumático. Los
aneurismas saculares o “bayas” (llamados de esta manera porque parecen bayas) son el
tipo más frecuente de aneurisma cerebral. Tienen un cuello que conecta el aneurisma
al vaso sanguíneo principal y una parte redondeada de mayor tamaño llamada cúpula;
los aneurismas en forma de baya sobresalen de un solo lado de la pared arterial. Los
aneurismas fusiformes son menos frecuentes y se caracterizan por un ensanchamiento
en ambos lados de la pared de la arteria cerebral. Los aneurismas fusiformes no tienen un
cuello definido.
Anatomía de un aneurisma
cerebral
Aneurisma en baya
Aneurisma en baya de
cuello ancho
Aneurisma fusiforme
¿Cómo se desarrollan los aneurismas cerebrales?
Los aneurismas cerebrales se forman de manera silenciosa. Es posible que existan
tendencias hereditarias a tener vasos sanguíneos débiles, lo que puede provocar la
aparición de aneurismas. Sin embargo, los aneurismas en niños son poco frecuentes y la
mayoría de los aneurismas probablemente se producen por el desgaste y deterioro
de las arterias a lo largo de la vida. En algunos casos, las infecciones o los traumatismos
craneales graves pueden provocar la aparición de un aneurisma. Existen varios factores
de riesgo posibles que contribuyen a la formación de aneurismas. Dos de los factores de
riesgo más significativos son el tabaquismo y la tensión arterial alta.
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