Pag
20
De largas planicies a montañas rocosas y llegar al mar de arena del desierto en camello y regresar en 4x4. Sentir la maravillosa sensación de que estás en un rally. Dunas y más dunas cuyos colores cambian con el atardecer.
Estrellas y amaneceres, cielo de colores, recibimiento con alfombras y mejor té moruno en nuestra jaima antes del atardecer, con todas las comodidades de un excelente hotel. Una una agradable terraza para empaparnos de la tarde y de la paz, descansar, reponer fuerzas para disfrutar de un momento mágico: la noche beduina, para algunos bereber, como no les gusta ser llamados, por ser un término ajeno a su lengua y a su sentir
Los hombres del desierto son hospitalarios y sonrientes, nómadas, como algunos de los acompañantes de aquella noche, invitados azarosos con el saber estar de los ciudadanos mundanos y unidos por el disfrute de lo diferente.