Destinos y Negocios Magazine 01 DYN 01 DIGITAL | Page 7

Mi objetivo es contagiar a más gente de esta obsesión chocolatera, porque el chocolate injustamente ha sido considerado una golosina, cuando pueda ser un alimento parte de una dieta saludable y además es el único que gracias a sus componentes químicos nos genera felicidad. Al ser venezolana naturalmente hablo más de los chocolates de mi país pero estamos asistiendo al despertar de muchos países cacaoteros cada vez más centrados en mejorar sus procesos de post cosecha y hasta atreviéndose a hacer muy buenos chocolates”. Actualmente, compagina diestramente la labor periodística con sus actividades lúdicas vinculadas a gestar flechazos por los íconos del gusto autóctono: “Mi estrategia: buscar que la gente se enamore tanto como yo de la cultura del chocolate fino, que se conviertan en amantes de este mundo, que quieran aprender y probar más productos. También comenzaré a dar clases en una universidad porque creo que es la mejor manera de aprender y sobre todo de que en España se retome la historia chocolatera, el chocolate es un invento español, aquí o en México (hay varias teorías al respeto) fueron manos españolas las que le agregaron azúcar al cacao, así que esa ahora es mi misión que los españoles reconozcan su papel en la historia y que se animen a crea r nuevas marcas de chocolate con altos criterios de calidad”. Cuando guinda sus labores, disfruta ser esposa y madre, mientras trama cuál será la próxima “jugada” para seguir revelando ante auditorios foráneos las riquezas de su cuna geográfica: “Venezuela puede ser disfrutada no sólo a través de su cacao o de su chocolate o de su ron, también y cada vez más a través de su gastronomía que poco a poco se hace presente en el mundo, de hecho, ya podemos decir que hay restaurantes venezolanos en Moscú, Letonia o en Nueva York. También a través de su música o de sus intelectuales, cuando quiero reconciliarme con la humanidad cojo mi poemario de Eugenio Montejo y lo releo pensando en que no todo está perdido.”