como consumidores y el poder que podemos ejercer para cambiar la forma como los fabricantes envasan sus productos.
Reusar los envases de plástico como reusamos vasos de vidrio, platos de cerámica y cubiertos de metal, una y otra vez con solo lavarlos.
Reciclar los plásticos, estos representan un ingreso y garantizan que esos desechos se convertirán en algo útil. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que estos lleguen al mar. Basta con acondicionar una jaula en cada fábrica, escuela, tienda o manzana en donde nos acostumbremos a depositar nuestros envases de plástico para evitar que esa botella inicie su viaje siniestro al océano.
Que de aquí en adelante, cuando tiremos una botella de plástico al deplorable sistema de recolección de basura que nos gastamos, seamos concientes de que el mundo es mucho más pequeño de lo que imaginamos y que esa botellita en unos cuantos años estará envenenando a aves y peces y de paso a nuestros hijos y nietos por muchas generaciones.
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