Se debe enfatizar que las Naciones Unidas no tiene un
tribunal específicamente jurídico dirigido a procesar los diversos
crímenes contra la humanidad, lo cual parece un poco
contradictorio al ser la OOII más importante del mundo. Sin
embargo, el Consejo de Seguridad (CSNU) tiene una especial
relación con la Corte Penal Internacional (CPI), la cual se encarga
de procesar a los culpables de cometer crímenes de genocidios,
agresiones o de lesa humanidad. La CPI ha tenido grandes
problemas y controversias para sentenciar a los perpetradores de
crímenes lo que ha hecho que la imagen de la organización se
ponga en tela de juicio. La legitimidad de una OOII recae en sus
miembros y cuando algunos tan poderosos como EEUU, Rusia o
China no se encuentran entre ellos hay un verdadero problema.
Esto es importante de destacar, ya que el gobierno dirigido por
Donald Trump estableció una serie de presiones para que
liberaran a 44 personas estadounidenses relacionadas con
crímenes de lesa humanidad cometidos en Afganistán. Poco
después de estas acciones la CPI dejó el caso de lado y por esto
se enfrentó al rechazo público por varias organizaciones que
velan por los derechos humanos (Vital Speeches International,
2018). Esto, si es visto desde un punto moral deja a los Estados
Unidos y a la Corte en una muy mala posición, ya que sin lugar a
duda ha causado indignación que las víctimas de crímenes de
guerra tienen menos probabilidades de obtener justicia y esto se
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