Con el fin de estimular la creatividad de los niños se trabaja con diferentes materiales y formatos. En el quehacer cotidiano hay espacio para las producciones libres y dirigidas. Consideramos que para que el proceso creativo sea totalmente original, es necesario que se valoren las obras tal y como las deja el niño, sin la intervención final del adulto.
Es fundamental la socialización y exposición de las producciones realizadas tanto a nivel grupal como individual, ya que con ello se valora el interés y amor por sus obras y a la vez se motiva a continuar creando.
Es necesario tener en cuenta que la familia se vincule al desarrollo de la creatividad, propiciando espacios en casa similares a los del colegio, donde se le permita explorar diversos materiales y así responder a las necesidades e intereses de los niños.