Ambos ríen y deciden buscar una película, Sujeto 1 busca el canal mientras Sujeto 2 reflexiona de los últimos segundos de su vida con los ojos cerrados.
Sujeto 2 abre los ojos y voltea al sillón de Sujeto 1 para comentarle un suceso vago y sin importancia. Su corazón se detiene mientras mira a su amigo con un cráneo destrozado, incrédulo se levanta violentamente y comienza a recorrer el cuarto. El arma asesina sigue en sus manos y se encuentra cubierto de sangre ajena. Se dirige al baño, alarmantemente blanco, continua en la habitación tropezando con todo a su paso. Llega al lavabo y cierra los ojos para enjuagarse la cara.
Sujeto 2 se mira al espejo, histérico por el asesinato que acaba de cometer, corre de vuelta a la habitación para encontrarse con un Sujeto 1 que está vivo y sonriente. Sujeto 2 se sienta en el sillón al comenzarle a un fuerte dolor de cabeza. Cierra los ojos y ya no los abre más.
Sujeto 1 histérico y al borde de una crisis nerviosa se grita a si mismo y cuestiona lo que ha hecho, frente a él se encuentra tendido Sujeto 2, sin un respiro, con el cráneo destrozado, el cerebro expuesto y una bala humeante en la frente. Sin otra opción, Sujeto 1 desesperado, se encierra en el baño continuo, ahora silenciosamente blanco. Pasa minutos viendo al vacio con la mirada totalmente perdida. Toma la pistola y la coloca iracundamente en su sien. Cerró los ojos y recordó las últimas palabras de su amigo:
1.- Acaba de soñar que te asesinaba a punta de pistola.
El reloj marca las 4:25 y sin otra opción apretó el gatillo. Así deja libre sus ideas, su cabeza explota en mil colores diferentes y cien mariposas emprendieron vuelo, escaparon y libremente aletearon. Enredaderas de color sangre cubrieron las paredes y todo desapareció en un instante. La habitación quedo de nuevo blanca. Solo existía sangre regada que se fundió con las baldosas del baño.
Sentados en un cuarto pequeño, con olor a plástico quemado, se encuentran dos individuos, viendo una película bastante violenta, con los ojos perdidos y drogas regada por el suelo. El reloj marca las 4:17 de la madrugada.