DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 629

DERROTA MUNDIAL Indochina, las fuerzas patrióticas norteamericanas ayudaron al general Castillo Armas a derrocar al régimen de Arbenz, que carente de apoyo popular se desplomó rápidamente. Los jefes judíos guatemaltecos Jacobo Arbenz, Jaime Rosenberg, Rogelio Wer y Jacobo Sánchez huyeron al extranjero y quedó al descubierto que la Gran Logia Masónica de Guatemala estaba cooperando secretamente en la comunización del país. Castillo Armas la disolvió y tiempo después fue asesinado. Luego siguió el régimen de Ydígoras y cuando éste tocaba a su fin el comunismo internacional trató de recuperar el terreno perdido en Guatemala valiéndose de la candidatura de Juan José Arévalo, pero nuevamente el Ejército salvó al país. En marzo de 1963 tomó el poder el coronel Peralta Azurdia. En 1966, bajo persistente presión internacional, se le dio posesión como presidente a Méndez Montenegro, simpatizante procomunista. Los guerrilleros rojos aumentaron sus actividades y en el Congreso fue borrado el lema que decía: "Dios, Patria, Libertad". ECUADOR.—Como en todas partes donde el comunismo avanza, altas esferas políticas ecuatorianas lo estaban protegiendo. El 23 de diciembre de 1960 el Cardenal Carlos María de la Torre advirtió: "El gobierno se cruza de brazos ante el peligro comunista. Falta gravemente a sus deberes de velar por la salud de la Patria, su libertad y su independencia". Un movimiento militar frenó la conspiración roja, pero ésta halló nuevos cauces y siguió adelante haciéndose sentir en diversas dosis en la Confederación de Trabajadores, en el Partido Socialista Revolucionario, en el Movimiento Universitario Revolucionario, en Restauración Democrática Arosemenista, etc. El Ejército actuó nuevamente en defensa del pa ís y derrocó al Presidente Julio Arosemena. (La conspiración roja trata ahora de restaurar su influencia). PERÚ.—Con motivo de las elecciones de 1962 iban a mejorar su posición los comunistas, pero una rebelión de militares frustró la maniobra. Entonces los procomunistas del Departamento de Estado americano trataron de anular el triunfo de los militares peruanos y se resistieron a reconocer a la Junta de Gobierno, pero luego tuvieron que ceder ante la presión de los propios círculos patrióticos norteamericanos, enemigos del bolchevismo. Los rojos peruanos han tratado de mover guerrilleros y se han infiltrado en los "Demócrata-Cristianos" para cooperar con el Partido Comunista, en cuya labor los ha auxiliado el sacerdote Salomón Bolo, simpatizador del régimen castrista. (El Salvador, Nicaragua y Paraguay han opuesto considerable resistencia a la conspiración internacional comunista, aunque siguen amagados por células rojas que se disfrazan de nacionalismo y humanismo para engañar y arrastrar consigo a estudiantes y a diversos grupos conservadores). 629