DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 612
Salvador Borrego
Finalmente Katanga fue vencida (enero 15 de 1964) y bajo la ocupación armada de la
ONU se permitió la infiltración comunista. Al retirarse la ONU (junió de 1964) quedaron
numerosas guerrillas rojas dominando gran parte del país. Chombe regresó cuando todo
parecía perdido, reorganizó tropas y recuperó en noviembre la importante región de
Stanleyville, donde los comunistas realizaron matanzas de civiles, como represalia por su
derrota. Hasta enero de 1965 habían asesinado a 108 misioneros. Poco después Chombe
fue desplazado y la infiltración marxista continuó aceleradamente en 1966.
SUDAFRICA.—Dentro de la conjura para comunizar a todo el continente africano, los
israelitas Harry Snitcher, Hilda Lillían Watts, Lionel Bernstein y Michael Harmel, trataron
de provocar levantamientos pro-soviéticos en Sudáfrica, pero el premier Verwoerd actuó
con presteza y aplastó los primeros brotes. Como luego siguió sujeto a intensa presión
desde Londres para que diera beligerancia a los procomunistas disfrazados de amorosos
redentores del negro, optó el 16 de marzo (1961) por separar políticamente a Sudáfrica de
la Comunidad de Naciones Británicas. Es significativo que el organizador del partido
procomunista en Sudáfrica sea el judío Kahn, ayudado por sus congéneres el magnate
Oppenheimer, Bertrán M. Hirson, Hugh Francis Lewin y Raimond Eisenstein. *
El Premier Verwoerd fue asesinado en 1966 por un extranjero de origen oscuro, pero
Sudáfrica continuaba siendo a fines de año un valladar ante la comunización de África.
RHODESIA.—Esta antigua colonia africana británica estaba siendo empujada hacia un
régimen procomunista, pero se resistió oportunamente y se declaró independiente, bajo el
gobierno de lan Smith. Sin papeleo, con violenta eficacia, la ONU ordenó en diciembre de
1966 que todo el mundo le declarara un boicot a Rhodesia, para hacerla capitular. Casi
todo Occidente secundó tan flagrante "sí intervención".
INDONESIA.—Las antiguas colonias holandesas (tres mil islas con cerca de dos
millones de kilómetros cuadrados y 85 millones de habitantes) fueron también segregadas
del mundo occidental, mediante la vistosa bandera del anticolonialismo, y lentamente
comenzaron a deslizarse hacia el bando comunista. A principios de 1958 un grupo de
militares indonesios, encabezados por el coronel J. Warrow, declararon una rebelión contra
Sukarno, gran maestro masón que desde 1953 se había aliado a círculos marxistas.
Pero los indonesios anticomunistas no consiguieron ni siquiera que Estados Unidos les
vendiera armas, mucho menos que les diera apoyo en su lucha. En cambio Sukarno sí
pudo surtirse de equipo bélico en Norteamérica y después de tres meses de combate
dominó a los insurrectos. Otros movimientos en contra suya han ocurrido en Sumatra y las
Célebes, pero tampoco han tenido ayuda del mundo occidental.
El dictador Sukarno, que se declaró "presidente vitalicio", ha recibido del
Departamento de Estado americano 700 millones de dólares (8,750 millones de pesos
mexicanos) y su política es procomunista disfrazada de "neutralismo". Con la ayuda de la
612