DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 584

Salvador Borrego la resistencia del pueblo y consolide sus ganancias. Todo esto sin perjuicio de hablar a veces contra el comunismo y de protegerlo con hechos. Por cierto que a partir de 1960 se han venido gradualmente reduciendo las menciones desfavorables al comunismo en el monopolio de la información internacional de prensa. Incluso a los terroristas rojos se les designa ambiguamente con la palabra "extremistas", que se aplica igualmente a los antico- munistas activos. Según informes reunidos en la Isla de Formosa (último reducto de los chinos nacionalistas), hasta mediados de 1957 habían sido asesinados por los rojos 19 millones 278,000 chinos, en un período de ocho años. Otros 25 millones se hallaban en campos de trabajo forzado. En junio de 1957 el gobierno de China Roja invitó a todo el pueblo a criticar libremente al régimen para hacer rectificaciones. Pero se trataba de una ingeniosa trampa porque semanas más tarde los criticadores fueron capturados. Así cayeron muchos anticomunistas que se habían salvado de otras "purgas". En el aspecto técnico e industrial, China Roja ha prosperado extraordinariamente bajo el bolchevismo. Hasta 1959 la URSS le había dado crédito por 3,705 millones de dólares para industrialización. En un período de 6 años los escolares de primera enseñanza aumentaron en un 70% y los de secundaria en un cuatrocientos por ciento, y un total de 98 millones de niños y jóvenes quedaron sujetos a la enseñanza marxista. Los 538 millones de chinos perdieron su libertad, pero están siendo comunizados y utilizados en explotar las riquezas materiales del país para convertirlo en una gigantesca potencia militar, tal como se hizo con Rusia después de la revolución comunista. De idéntica manera este progreso industrial de China se asienta sobre ríos de sangre y millones de seres confinados en campos de trabajo forzado. Y al igual que la URSS, van "limpiándose" algunas ciudades y arreglándose como aparadores para que turistas incautos pongan los ojos en blanco al contemplar tanta belleza del marxismo. Pero no se les permite echar una mirada al infierno que hay detrás. En el invierno de 1961 era ya inocultable que la reforma agraria marxista había agravado el hambre en China, tanto que en Cantón hubo disturbios y hasta los milicianos se rebelaron y mataron a sus jefes comunistas. Una enorme mayoría de la población comía la tercera parte de lo normal y el régimen necesitó adquirir trigo y arroz en los Países de "atrasada" economía capitalista. Eso permitió al régimen bolchevique aumentar en primer lugar la ración alimenticia a las tropas para conservar su dominio. El israelita Zinoviev, jefe de la Tercera Internacional, con mucha visión política había dicho en Bakú en septiembre de 1920: "La verdadera revolución mundial estallará cuando los 800 millones que viven en Asia se unan con nosotros". 25 años después otros dos israelitas (Roosevelt y Truman) traicionaron a China y la entregaron para engrosar las filas de la "revolución mundial", planeada por el también israelita Karl Marx. 584