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DERROTA MUNDIAL
MacArthur recogió e interpretó —con autoridad y honradez— una gran inquietud del
pueblo norteamericano. E! pueblo le dio su aprobación en espontáneas manifestaciones de
apoyo. Y porque veía con claridad y porque estuvo con su pueblo y no con las altas esferas
procomunistas, fue destituido y maniobrado para anularlo como candidato a la presidencia.
Acerca de las protestas de MacArthur, de numerosos, legisladores y de millones de
estadounidenses porque miles de jóvenes estaban muriendo en Corea sin esperanzas de
victoria, Truman dijo que eran simple "demagogia". Inauditamente replicó por qué no
protestaban por las bajas que la población sufría en los accidentes de las carreteras, que
anualmente costaban 35,000 vidas y un millón de lesionados. ¡Dentro de los planes judíos
no hay conmiseración para los goims" Más tarde MacArthur reveló al periodista Jim G.
Lucas, de la Scrippe-Howard (enero 20 de 1954) qué todos los mensajes que él enviaba a la
Casa Blanca, sobre sus planes y la situación de sus tropas, el Departamento de Estado
americano los hacía llegar a los comunistas chinos, con agregados de lo que la Casa Blanca
le permitiría o le impediría hacer a MacArthur.
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Otro comandante norteamericano siguió los pasos de MacArthur. El general James A.
Van Fleet, comandante del octavo ejército a mericano en el frente de Corea, declaró ante el
Senado (marzo 5 de 1953) que en junio de 1951 estaba "pidiendo a gritos" al Departamento
de la Defensa que lo dejara en libertad de actuar porque tenía a los comunistas en fuga y
podía aplicarles un golpe de muerte... Pero se le ordenó no avanzar. La aparente lucha
antibolchevique no debería ir tan lejos que se convirtiera en auténtica. Posteriormente Van
Fleet pidió su retiro del ejército y escribió:
"Durante los 22 meses de mi mando frecuentemente advertí oportunidades favorables
para destruir los ejércitos y los materiales bélicos de los chinos rojos... Ahora bien, cuando
un comandante militar en plena guerra descubre una oportunidad para la victoria, y sus
superiores, por razones de alta política, le ordenan que no lleve adelante su ventaja, tiene
que padecer una sensación de fracaso... Ahora, desde mi retiro, hablo al pueblo americano
con la mayor claridad posible, en defensa de lo que creo ser del interés de mi país... Mi
conciencia no me permite callar".
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Al igual que tos generales MacArthur y Van Fleet, el general Mark Clark —sucesor de
MacArthur— declaró que los altos jefes de la política impidieron varias veces el triunfo en
Corea; Disgustado por ese absurdo también pidió su retiro y se dedicó a vender maquinaria
agrícola. El general Albert C. Wedemeyer siguió el mismo camino. Todos ellos habían
querido defender los intereses del pueblo norteamericano; todos ellos habían sido
anticomunistas de verdad y por tanto no resultaban útiles para la mascarada sangrienta de
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Término hebreo despectivo para los cristianos.
"La Verdad sobre Corea".-Gral. James A. Van Fleet.
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