DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 573
DERROTA MUNDIAL
Al año siguiente Forrestal se enteró de que Truman había enviado al traidor Hopkins a
hablar con Stalin, acerca del Pacífico, y que Hopkins volvió con un optimista informe para
el pueblo norteamericano, en el sentido de que Stalin no tenía pretensiones sobre China y
que apoyaría a Chiang Kai Shek. El pueblo norteamericano fue engañado una vez más.
El 20 de noviembre de 1945 Mr. Forrestal (entonces Secretario de Marina de Estados
Unidos), anotó en su Diario: "Hay una fuerte presión para sacar a los norteamericanos de
China, particularmente a la infantería de Marina. Si lo hacemos invitamos a un vacío de
anarquía en Manchuria y es obvió que tal vacío será inundado por los japoneses o los
rusos". Agrega la anotación que el Almirante Mitscher preveía "que en cualquier futura
guerra con una combinación de Rusia y las potencias asiáticas, el poderío humano de tal
combinación sería tremendo".
.Añade el propio Forrestal que el 10 de agosto de 1946 el general McArthur le dijo que
Chiang Kai Shek estaba de parte de los Estados Unidos y que era necesario apoyarlo, y
sobre el particular censuró a los escritores del ala izquierda en la prensa norteamericana.
"Estos —dijo— les hacen el juego, consciente o inconscientemente, a los comunistas, contra
los intereses de su propia patria". Sin embargo, los más altos funcionarios apoyaban esa
traición y el Secretario de Estado, Byrnes, sugirió el 26 de noviembre de 1945 —dice Mr.
Forrestal— que "se presionara a Chiang a fusionarse con los comunistas, diciéndole que de
no hacerlo se le suspendería la ayud a norteamericana".
Lo anterior lo ratificó también el general Albert C. Wedemeyer, ex Embajador de
Estados Unidos en China.
Pero pese a los esfuerzos de Forrestal, secretario de Marina, del general MacArthur,
comandante de las tropas americanas en Japón, y de otros prominentes jefes
estadounidenses, el grupo del presidente Harry Salomón Truman consumó la entrega dé
China al comunismo. Habiéndole suspendido la entrega de armas a Chiang Kai Shek, en
tanto que su opositor Máo Tse Tung recibía abundante ayuda de la URSS, las tropas chinas
nacionalistas fueron arrolladas y Chiang tuvo que retirarse hasta la isla de Formosa. Todo
un pueblo de 538 millones de habitantes dejó de ser un valladar anticomunista en Asia y se
convirtió en cautivo de los rojos. Lo que era un aliado se transformó en un terrible peligro
para el Mundo Occidental. Corea fue apenas el despuntar de esa amenaza...
Después de que Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Bulgaria,
Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia y Albania habían sido traicionadas y entregadas al
marxismo, la entrega de China fue tan evidente y tan criminal que provocó profunda alarma
en Estados Unidos. Comenzó a verse entonces más claramente que Roosevelt había sido un
traidor y que Truman le seguía los pasos. El Comité de Investigación de los Actos
Antiamericanos, creado por el diputado Dies y en un tiempo frenado por el presidente
Roosevelt, llegó a integrar una lista de 2,000 funcionarios que favorecían la expansión del
573