DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 564
Salvador Borrego
eran los promotores de la contienda, tampoco eran los dueños del botín. En el juego
político del ajedrez mundial sólo les tocaba dar "sangre, sudor y lágrimas".
El único victorioso fue el movimiento político judío. Y ni Alemania, ni Hitler, ni el
nacionalsocialismo fueron los únicos que cayeron en la lucha. Junto con ellos la Civilización
Occidental sufrió la más grande de sus derrotas desde que nació bajo los fulgores de Atenas
y de Roma.
La guerra 1939-45 terminó con una Derrota Mundial. Derrota del pueblo ruso, cuya
esclavitud fue reforzada, y derrota del Occidente, que quedó más expuesto a la traición y al
asalto enemigo.
Para el Imperio Bolchevique que el judío Marx engendró en teoría y que otros judíos
materializaron en la URSS, sí hubo victoria. Para el Trono de Oro, para ese poder
económico de magnates de bolsa que medran protegidos tras el poder político de cada
nación, también hubo más jugosos dividendos que acrecentaron sus tesoros a costa del
empobrecimiento de las masas. Y para los sionistas de Israel que hace casi dos mil años se
dispersaron por el mundo, también brilló la aurora del triunfo y recuperaron fronteras,
gobierno y un sitio de honor entre las Naciones Unidas.
La ONU dio un tácito apoyo para que el movimiento judío atacara a los árabes y
fundara el Estado de Palestina mediante la fuerza, pese a que esto se hallaba en pugna con
los principios anteriormente sustentados por la propia ONU. En medio de matanzas —
silenciadas por el monopolio informativo mundial— un millón de habitantes árabes fueron
arrojados al desierto, sin que esto lo presente nadie como "un crimen contra la
humanidad".
El mundo árabe declaró la "guerra santa", pero bien pronto se vio que los israelitas no
habían descuidado ningún aspecto de su conquista. Mientras ellos recibían abundantes
armas modernas, los árabes se quejaban de que se les abastecía con municiones defectuo-
sas o de calibre distinto al de su arma. Años más tarde se supo que eso fue obra de
saboteadores que operaban en los altos círculos de Egipto. Cuando al fin la oficialidad
logró derrocarlos —junto con el rey Faruk— ya era demasiado tarde.
Israel surgió bajo el patrocinio de los jefes judíos de EE.UU. y de la URSS. Su primer
presidente Ben-Zvi nació en Rusia y fue revolucionario bolchevique desde 1905. Su
sucesor Zalman Chazar también procede de la URSS, lo mismo que el Premier Ben
Gurion, la ministro de relaciones Golda Mayerson y otros funcionarios. Y Morgenthau,
Secretario del Tesoro de EE.UU. en la época de Roosevelt, se fue a Israel como secretario
del Tesoro. En 8 años Washington suministró a Israel 257 millones de dólares, a costa del
contribuyente americano abrumado de impuestos, y la ayuda ha continuado.
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