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DERROTA MUNDIAL
elementos esenciales del veneno social y supo reunirlos cual un genio de la magia negra, en
una solución concentrada para poder destruir así con mayor celeridad, la vida
independiente de las naciones soberanas del orbe. Y todo esto, al servicio de su propia
raza.
"Adquiriendo acciones entra el judío en la industria; gracias a la Bolsa crece su poder
en el terreno económico... Tiene en la francmasonería, que cayó completamente en sus
manos, un magnífico instrumento para cohonestar y lograr la realización de sus fines. Los
círculos oficiales, del mismo modo qué las esferas superiores de la burguesía política y
económica, se dejan coger insensiblemente en el garlito judío por medio de los lazos ma-
sónicos. .. Junto a la francmasonería está la prensa como una segunda arma al servicio del
judaísmo. Con rara perseverancia y suma habilidad sabe el judío apoderarse de la prensa,
mediante cuya ayuda comienza paulatinamente a cercenar y a sofisticar, a manejar y a
mover el conjunto de la vida pública.
"Políticamente —añadía Hitler— el judío acaba por sustituir la idea de la democracia por
la de la dictadura del proletariado. El ejemplo más terrible en ese orden lo ofrece Rusia,
donde el judío, con un salvajismo realmente fanático, hizo perecer de hambre o bajo
torturas feroces a treinta millones de personas, con el solo fin de asegurar de este modo a
una caterva de judíos, literatos y bandidos de Bolsa, la hegemonía sobre todo un pueblo".
Y el hecho de que el triunfo marxista no fuera tan definitivo en Alemania, se lo
explicaba así en 1920: "El pueblo alemán no estaba todavía maduro para ser arrastrado al
sangriento fango bolchevique, como ocurrió con el pueblo ruso. En buena parte se debía
esto a la homogeneidad racial existente en Alemania entre la clase intelectual y la clase
obrera;, además, a la sistemática penetración de las vastas capas del pueblo con elementos
de cultura, fenómeno que encuentra paralelo sólo en los otros Estados occidentales de
Europa y que en Rusia es totalmente desconocido. Allí, la clase intelectual estaba
constituida, en su mayoría, por elementos de nacionalidad extraña al pueblo ruso o por lo
menos de raza no eslava. Tan pronto como en Rusia fue posible movilizar la masa ignara y
analfabeta en contra de la escasa capa intelectual que no guardaba contacto alguno con
aquélla, estuvo echada la suerte de este país y ganada la revolución.
"El analfabeto ruso quedó con ello convertido en el esclavo indefenso de sus dictadores
judíos, los cuales eran lo suficientemente perspicaces para hacer que su férula llevase el
sello de la dictadura del pueblo.
"La bolchevización de Alemania, esto es, el exterminio de la clase pensante nacional-
racista, logrando con ello la posibilidad de someter al yugo internacional de las finanzas
judías, las fuentes de producción alemanas, no es más que el preludio de la propagación de
la tendencia judía de conquista mundial."
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