DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 392
Salvador Borrego
concreto. Ese es el poder de una V-2. El impacto es tan terrible que el 70% de sus 4,000
kilos de metal se vaporizan en un rocío plateado que cubre las hojas de los árboles
cercanos". El proyectil tiene 14 metros de longitud y 1.70 de diámetro, su peso total es de
12,980 kilos con carga completa, o sea: 4,400 kilos de la estructura metálica, motores, etc.,
7,500 kilos de combustible y 1,000 kilos de explosivos.
Para la invención de la V-2 (obra del general Dornberger) fue preciso resolver
dificultades tan grandes en los campos de la física, la química y la mecánica, que al lograrlo,
quedaron abiertas a la humanidad las puertas de los espacios siderales. Ningún otro
procedimiento ni ningún otro vehículo podían antes soñar con trasponer la atmósfera. La
V-2 liberta al hombre de ese límite terrestre y le da las posibilidades de escrutar otros
mundos. Ya en los primeros ensayos ascendía a 75,000 metros de altura. El profesor
Walter, que construía en Kiel los nuevos motores eléctricos para submarino, también hizo
valiosas innovaciones para confeccionar el motor del cohete V-2.
A este respecto el general Tomás Sánchez Hernández dice en Historia del
Armamento: "La bomba V-2 constituyó una verdadera revelación. Por su técnica
maravillosa y su fabricación perfecta, encarnó el prototipo de todas las realizaciones
alemanas respecto a bombas-cohete... La V-2 es, sin discusión, un derroche inaudito de
técnica superior, y, en el sentido literal de la palabra, un aparato de precisión demasiado
hermoso para el uso que se le destinaba; ingenio en que nada se había dejado al azar.
Todos los recursos de la ciencia moderna fueron puestos en juego para realizar la
concepción más atrevida de una bomba-cohete. En una V-2 no existen menos de 22,000
piezas, y la construcción requiere más de 4,000 horas-hombre de trabajo, sin contar con la
complicación de transporte para ajustar las diferentes piezas y conducir la V-2 hasta su
punto de partida".
Esta fantástica arma, probada en 1942, fue objeto de importantes modificaciones a
efecto de afinar la puntería y finalmente quedó lista a mediados de 1943. Hitler visitó la
planta de Peenemunde en junió y ordenó la construcción de 30,000 V-2, para Io cual se
requería un terrible esfuerzo, igual que para producir 180,000 aviones. Por tanto 1,500
técnicos fueron sacados de las fábricas de aviones y artillería y se consagraron a montar
maquinaria y a entrenar personal para iniciar la producción en serie de la V-2.
En la desesperada carrera de los peritos alemanes y de los espías y saboteadores
aliados, el movimiento secreto israelita jugó un importantísimo papel y muchos de sus
agentes pudieron magistralmente comunicar a Inglaterra lo que se estaba haciendo en los
laboratorios de Peenemunde. Inmediatamente los ingleses trazaron planes para evacuar
gran parte de la población de Londres y comprobaron desde el aire que los alemanes
construían extrañas instalaciones en la Europa occidental, como si se dispusieran a utilizar
armas no conocidas hasta entonces.
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