DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 390

Salvador Borrego Descartado el "Metox", los alemanes perfeccionaron los receptores "Wanze" y "Borkim" para captar la detección del enemigo sin que éste lo advirtiera. También se puso en acción, en agosto, el nuevo torpedo T-5, cazadestructores, que durante el mismo mes hundió 12 de esos temibles enemigos del sumergible. Este torpedo "rastreador" era atraído por el ruido de las hélices. Y a la vez se aceleró la producción del nuevo submarino XXI del ingeniero Walter, más rápido, que mediante el "Schnorchell" no necesitaría salir a la superficie ni siquiera para cargar acumuladores. Pero mientras tanto, 1943 fue desastroso para Alemania en el mar, con la pérdida de 231 sumergibles y 10,000 tripulantes. Sus bajas totales en los tres años de guerra se elevaban así a 377 submarinos y a 13,434 tripulantes altamente especializados. Al costo de 231 sumergibles, en 1943 la flota de Doenitz echó a pique barcos aliados con un total de 2.579,000 toneladas. Los aviones y las minas hundieron otras 623,000 toneladas. El total de pérdidas ascendía para las potencias aliadas a 19 millones 846,000 toneladas. (Un equivalente a 3,307 barcos de 6,000 toneladas cada uno, la mayoría cargados de armas y pertrechos costosísimos). ARMAS SECRETAS CONTRA SUPERIORIDAD NUMERICA Era tan abrumadora la superioridad numérica de la coalición del bolchevismo y el Occidente, que sólo podía ser contrarrestada con armas secretas de extraordinario poderío. Hitler estimuló a sus inventores para conseguir esas armas y ellos realizaron esfuerzos sobrehumanos, al cabo de los cuales lograron resolver en un plazo angustiosamente corto los más variados problemas de física, de química y de mecánica. La segunda parte de la tarea, consistía en producir las nuevas armas en serie y poder utilizarlas oportunamente. Ya para 1943 los tanques alemanes Tigre y Pantera eran superiores a los contrincantes, lo mismo que el.cañón de 88 milímetros, que disparaba alternativamente balas antitanque, proyectiles de fragmentación contra la infantería y granadas antiaéreas; se había logrado asimismo producir una pólvora que no dejaba rastros de humo o de luz; El caza Focke Wulf superaba en varios aspectos a los modelos extranjeros de su género, etc., etc. Pero todas estas y otras ventajas semejantes no bastaban, sin embargo, para compensar la enorme inferioridad, numérica del ejército alemán respecto a los cuarenta países lanzados en contra suya. 159 Eran otras las armas en que confiaba Hitler, y se trataba del avión de chorro Me-262, capaz de invertir el curso de la lucha en el aire; del submarino Tipo XXI, que volvería a 159 La victoria en Europa.—General Marshall, Tefe del Estado Mayor General de EE. UU. 390