DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 39
DERROTA MUNDIAL
"Las nuevas reservas arrojadas al frente —añade fracasaron completamente. ¡Venían de
la retaguardia!..'. El judío internacional Kurt Eisner comenzó a intrigar en Baviera contra
Prusia. No obraba ni en lo más mínimo animado del propósito de servir intereses de
Baviera, sino llanamente, como un ejecutor del judaísmo. Explotó los instintos y antipatías,
del pueblo bávaro para poder, por ese medio, desmoronar más fácilmente a Alemania".
Y así comenzó a repetirse en Alemania aquella agitación; marxista; que un año antes
minó a Rusia y la hizo capitular en la guerra internacional para sumirla en la revolución
bolchevique. La base naval alemana de Kiel fue el escenario del primer levantamiento, tal
como la base naval de Kronstadt había sido el del primer levantamiento formal de los
soviéticos. "Así —dice la Enciclopedia Espasa—toda resistencia resultaba imposible, aunque
de haberla podido prolongar unos días hubiera dado a Alemania la posibilidad de una paz
mejor... En Baviera proclaman la república... Fórmanse consejos de obreros y soldados.
Los soldados desarman a los oficiales y, si resisten, los matan... La bandera roja ondea en
todos los arsenales alemanes... Alemania toma un aspecto bolchevique. El emperador
abdica (día 9 de noviembre de 1918) quedando proclamada la república con un carácter
francamente radical y pareciendo un remedo de la república rusa".
Entretanto, el cabo Hitler había vuelto al frente, había sido alcanzado por el gas
británico "cruz amarilla" y casi ciego fue internado en el hospital Pasewallc, de Pomerania»
"El 10 de noviembre —refiere en 'Mi Lucha”— vino el pastor del hospital para dirigirnos
algunas palabras... parecía temblar intensamente al comunicarnos que la Casa de los
Hohenzollern había dejado de llevar la corona imperial... Pero cuando él siguió
informándonos que nos habíamos visto obligados a dar término a la larga contienda, que
nuestra patria, por haber perdido la guerra y estar ahora a merced del vencedor, quedaba
expuesta en el futuro a graves humillaciones, entonces no pude más.
Mis ojos se nublaron y a tientas regresé a la sala de enfermos, donde me dejé caer
sobre mi lecho, ocultando mi confundida cabeza entre las almohadas. "Desde el día en que
me vi ante la tumba de mi madre, no había llorado jamás. Cuando en mi juventud el
destino me golpeaba despiadadamente, mi espíritu se reconfortaba; cuando en los largos
años de la guerra, la muerte arrebataba de mi lado a compañeros, y camaradas queridos,
habría parecido casi un pecado el sollozar. ¡Morían por Alemania! Y cuando finalmente, en
los últimos días de la terrible contienda, el gas deslizándose imperceptiblemente,
comenzara a corroer mis ojos, y yo, ante la horrible idea de perder para siempre la vista,
estuviera a punto de desesperar, la voz de la conciencia clamó en mí: ¡Infeliz! ¿Llorar
mientras miles de camaradas sufren cien veces más que tú? Y mudo soporté el destino.
"Pero ahora era diferente porque ¡todo sufrimiento material desaparecía ante la
desgracia de la patria! Todo había sido, pues, inútil; en vano todos los sacrificios y todas las
privaciones, inútiles los tormentos del hambre y de la sed; durante meses interminables;
inútiles también todas aquellas horas en que entre las garras de la muerte, cumplíamos, a
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