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DERROTA MUNDIAL
Cientos de miles de antiguos miembros del Ejército Rojo se ofrecieron a luchar al lado
de los alemanes, pero Hitler seguía receloso y no quiso que se formara un ejército con
ellos. Sin embargo, trescientos mil rusos fueron aceptados ese año en los servicios de las
fuerzas armadas del Reich.
A fines de 1943, jóvenes rusos de 14 o 18 años, dé la zona ocupada, fueron llevados a
Alemania para instrucción. Se les dio igual alojamiento y comida que a los jóvenes
alemanes y fue tal su sorpresa al conocer un nivel de vida más alto y decoroso, que se
despertó en ellos una espontánea repugnancia al bolchevismo. Todo esto fue un síntoma
de lo mucho que se hubiera podido lograr por ese camino, en caso de que Hitler no
hubiera juzgado que el bolchevismo israelita y el pueblo ruso eran una mezcla imposible
de separar.
Durante todo 1943 se libraron en el frente soviético costosas batallas en hombres y
materiales. El 35% del ejército alemán y el 70% de la Luftwaffe no operaban en Rusia, sino
en los frentes abiertos o amenazados por las potencias occidentales. Sin embargo, las
pérdidas de! ejército rojo eran ya tan grandes que no podía salvarse por si solo y Stalin
redobló sus gestiones a fin de que Roosevelt y Churchill desembarcaran fuerzas en Francia.
El 12 de noviembre de ese año el Ministro Goebbels anotó en su diario: "Por una
fuente muy confidencial supe que Stalin expuso el argumento (en la conferencia de Moscú)
de que había perdido va 16 millones de hombres, y que no podía continuar la guerra si no
se creaba un segundo frente".
Nunca los jefes nazis, y seguramente ningún estadista del mundo occidental, llegaron a
pensar que un régimen pudiera exprimir a tal grado los recursos de un pueblo. Y
seguramente ningún pueblo, sin el resignado fatalismo del Oriente, habría resistido una
sangría semejante, fuera de todo cálculo militar. En el mismo Diario de Goebbels parece
otra anotación que dice: "Repetidas veces preguntó Goering con acento de desesperación
de dónde sacaba todavía soldados y armas el bolchevismo". Liddell Hart cree que el
desmesurado sacrificio de hombres sólo fue posible debido al primitivismo de los pueblos
soviéticos. En algunos sitios las defensas alemanas tenían de 60 a 80 kilómetros de
profundidad y sobre ellas fluían masas rusas que iban recuperando terreno, pero a un costo
terrible.
En el sector central, donde la ofensiva soviética golpeó duramente en 1943, el Grupo
de Ejércitos alemanes del mariscal Busch (2º, 46. y 9º, y 3º blindado) padecieron también
muy grandes bajas, aproximadamente 300,000 hombres. Sin embargo, sus pérdidas aún se
mantenían dentro de los precedentes de la primera guerra mundial, al contrario de las bajas
soviéticas que rebasaban todo lo conocido hasta entonces. Según documentos encontrados
después del desplome del Reich, el 31 de agosto de 1943 las bajas del ejército alemán en
Rusia ascendían a 548,480 muertos; 1.998,991 heridos y 354,967 dispersos o prisioneros.
Total: 2.902,438.
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