DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 344
Salvador Borrego
El 16 de septiembre el general Von Richthoffen visitó el frente de Stalingrado,
percibió que las cosas no marchaban bien y le aconsejó a Von Paulus que diera mayor
ímpetu al ataque.
El 6º ejército irrumpió en el centro de la ciudad el 17 de septiembre. Había participado
eminentemente en la campaña de Francia, al mando del general Von Reichenau, y luego
en la invasión de Rusia. En 1941 perforó el frente bolchevique en Ucrania y participó en la
gigantesca batalla de cerco donde 5 ejércitos del mariscal Budenny fueron aniquilados por
Von Rundstedt y Guderian. Luego libró duras luchas en la zona de Karkov, donde en
combinación con el 1er. ejército aniquiló a tres ejércitos soviéticos (9º, 6º y 57º, en Izyun-
Barvenlcovo), y más tarde envolvió y aniquiló en Kalatsch al 1er. ejército blindado del ge-
neral Kolpalctschi y a varias formaciones del 62º de infantería. Finalmente, en septiembre,
fue lanzado a capturar la valiosa presa de Stalingrado. Algunas de las divisiones de este
ejerció habían sangrado tanto que, de la 376 de infantería sólo sobrevivía el 28% de sus
componentes; de la 384, el 30% y de la 398, el 32%.
Una vez reforzado con un Cuerpo procedente del IV ejército, el VI ejército constaba
de 12 divisiones de infantería, 3 de tanques, 3 motorizadas, 1 de cazadores y varios
regimientos de zapadores e ingenieros, más 2 divisiones rumanas. De sus 375 tanques
restaban 163. Inicialmente lo integraban un total de 315,000 hombres. Al irrumpir en
Stalingrado encontró que cada calle era una línea de resistencia y cada ruina una trampa o
un nido de ametralladoras. El general Von Hartmann, comandante de la 71ª división de
infantería que había padecido bajas del 67%, pereció al frente de sus tropas. Rápidamente
la enorme ciudad fue convirtiéndose en un confuso laberinto de ataques y contraataques.
El grueso del 6º ejército alemán y el 62º ejército rojo del general Vasili Chuikov
chocaron sangrientamente en los suburbios y en las calles de Stalingrado. Era una lucha
frenética casi sin campo de maniobra y la mayor hasta entonces dentro de una gran urbe.
Las costosas ganancias alemanas se contaban por metros. Lentamente el 62º ejército
soviético fue arrojado a las orillas del río Volga y días después se hallaba terriblemente
agotado cuando llegó de refuerzo el 16º ejército del general Rokossovsky, que por
estrecho margen evitó el colapso de la resistencia. Luego siguieron días y semanas de
encarnizada batalla entre las casas y las ruinas de la enorme ciudad de 60 kilómetros de
largo: El fuego de más de dos mil aviones y de 13,000 ametralladoras de los tres ejércitos
contendientes barría toda el área de combate. Los refuerzos soviéticos cruzaban el Volga y
parte de ellos se infiltraban a través del drenaje y operaban a retaguardia de las avanzadas
alemanas.
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