DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 335
DERROTA MUNDIAL
aproximadamente millón y medio de kilómetros cuadrados (tres cuartas partes de la
superficie de México), precisamente en las zonas más pobladas y mejor comunicadas, y sus
oleoductos se hallaban cortados.
El general republicano español Valentín González fue testigo de esas crisis y aporta
los siguientes pormenores: "Tan grave como en 1941 fue la situación de 1942 y en 1943. El
primer gran pánico lo provocó el peligro en que se hallaba Moscú. La llegada de los
alemanes ante Stalingrado generalizó la creencia de que una vez cortado el camino del
petróleo sería inevitable el hundimiento de la URSS. En medio de aquella desmoralización
y de aquel caos era corriente oír esta reflexión: "¡Después de todo más vale un fascista
alemán que tres comunistas rusos!" Las masas populares y las bandas de desertores
principiaban a destruir los retratos de Lenin y de Stalin y en sus emplazamientos aparecían
imágenes religiosas y hasta los retratos de los zares".
El periodista norteamericano Larry Lesueur dice que se notaba en el ambiente una
cierta irritación. Cada día más personas temían la llegada del invierno sin el carbón de la
Cuenca del Don, que ya se había perdido; todos los escolares fueron utilizados en cortar
leña.
Entre los kalmuks, los tchnetnics, los tártaros y los cosacos del Kubán hubo
levantamientos contra el régimen. El brote más serio ocurrió entre los cosacos, que
asesinaron a sus comisarios rusos y judíos, hasta que grandes fuerzas se movilizaron contra
ellos. Las escuadras de la muerte de Semenovitch Arbakinov les aplicaron el método
Suvorov de ejecución en masa. Quince mil de los rebeldes fueron liquidados y se les
enterró en las arenas del Mar Caspio, en la desembocadura del Volga. Los trabajadores
metalúrgicos de Kazan también se pronunciaron, hasta que 500 de ellos fueron fusilados y
el resto trasladado a Siberia. En noviembre, Stalin tuvo que intervenir para apaciguar a los
kalmuks de Astrakán.
Stalin mismo reveló lo apremiante de su situación cuando urgió a los aliados, por el
inusitado conducto de la Associated Press, para que realizaran un desembarque en
Francia que obligara a Hitler a retirar más tropas del frente ruso. El historiador británico
Liddell Hart afirma que en esos días "con un poco más de esfuerzo por parte de los
alemanes, el colapso de la resistencia local rusa se habría convertido en fracaso total. Para
ese tiempo la moral de la población civil así como de las tropas estaba muy deprimida,
especialmente en Rusia Meridional" ("La Defensa de Europa".1—Liddell Hart).
La situación era tan comprometida para la URSS que Roosevelt envió en agosto a su
representante personal el general Follet Bradley para que le entregara a Stalin una carta de
aliento y le comunicara que envíos más grandes de comestibles y armas iban ya en camino.
En ese momento de crisis cinco factores se conjugaron en favor del. bolchevismo, que
estaba a punto de desplomarse:
335