DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 194
Salvador Borrego
Kesselring recuerda al respecto el proverbio de que "después de la victoria, cíñete más
fuerte el casco", y dice que Hitler ignoró esa ley. El general Gurderian opinaba que tras la
rendición de Francia debían invadirse sus colonias en África, con o sin su consentimiento,
para batir al imperio colonial inglés y forzarlo a hacer la paz. Pero desde el punto de vista
político (de una política orientada contra la URSS y no contra Occidente) era lógico que
Hitler buscara la amistad de Francia e hiciera todo lo posible para no agraviarla.
Es curioso observar cómo había más enemistad de parte de Italia hacía Francia, que de
Alemania hacia Francia. Cuando el 10 de junio el ejército francés estaba ya
completamente derrotado por el ejército alemán. Mussolini declaró [a guerra sólo para
tener derecho al botín El mariscal Badoglio alegó que el ejército italiano no estaba
preparado y Mussolini le repuso:
"Le aseguro que en septiembre todo estará terminado y sólo necesitaré algunos
millares de muertos para sentarme a la mesa de la paz como beligerante".
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Cuando días más tarde ocurrió la rendición francesa, Hitler procuraba suavizar las
condiciones del armisticio e Italia quería hacerlo más drástico. Galeazo Ciano, Ministro de
Relaciones Exteriores italiano, escribió en su "Diario Secreto":
"Junio 17, 1940. Disgusto de Mussolini por la rápida llegada de la paz, que trastorna sus
planes. Quisiera la ocupación total del territorio francés y exige la rendición de la flota.
Alemania prefiere benignidad hacia Francia. Ribbentrop insiste en que las condiciones
deben ser benignas. Hitler considera al Imperio Británico, aun en los actuales momentos,
factor mundial de equilibrio".
El propio Ciano anotó el 20 de junio: "Hitler habla con una moderación y una
perspicacia que después de una victoria como la suya, en realidad sorprenden. No soy
sospechoso de excesiva simpatía por él, pero hoy le admiro de verdad'!. Y el 20 de
noviembre (1940) agregaba: "Hitler tiene uno de sus característicos accesos de emoción...
tenía los ojos empañados. Qué hombre tan extraño".
Testimonios de las más variadas fuentes y hechos reiterados a cada paso de la guerra
demuestran hasta qué grado era profunda la determinación de Hitler de ganarse la amistad
de Occidente y circunscribir la lucha entre Alemania y el marxismo israelita.
En su obra "Rommel" el general británico Desmond Young alude a ese esfuerzo
alemán por ganarse la amistad de Francia: "No había un gran resentimiento —dice—
contra el ejército alemán. Por el contrario, se le observaba con contrariada admiración.
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Italia en la II Guerra Mundial.—Mariscal Badoglio, italiano.
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