DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 188

Salvador Borrego estratégicos, nos abstuvimos de dar la publicidad que merecía a nuestra gran decisión del 11 de mayo de 1940. Seguramente esto fue un error. Era una espléndida decisión". Mr. Fuller, crítico militar inglés dice: "Aun cuando Churchill, aun siendo comandante supremo de las fuerzas armadas británicas, no podía actuar como caudillo militar, superó esta dificultad dirigiendo una guerra particular con las formaciones de bombardeo de la RAF, una especie de ejército privado suyo. El 11 de mayo de 1940 ordenó bombardear la ciudad de Freiburg. Hitler, empero, no devolvió el golpe, pero no cabe la menor duda de que estos ataques contra Freiburg y otras ciudades alemanas lo impulsaron a pasar a su vez al ataque". Y el escritor inglés F. J. P. Véale dice que esa histórica noche, 18 grandes bombarderos ingleses "Whitley", en vez de atacar las concentraciones alemanas en el frente, fueron lanzados hacia la retaguardia civil del enemigo. "Era un acontecimiento —afirma— que hacía época, puesto que era la primera ruptura deliberada de la regla fundamental de la guerra civilizada, de que sólo se deben llevar a cabo hostilidades contra las fuerzas combatientes enemigas... Sin saberlo, los tripulantes de esos 18 bombarderos estaban dando la vuelta a una gran página de la historia. Su vuelo marcó el fin de una época que había durado dos siglos y medio". En efecto, durante los últimos 250 años los europeos habían humanizado la guerra bajo el principio de qué el objeto de las operaciones militares es destruir las fuerzas armadas del enemigo. Este principio fue abandonado por los aliados en la segunda guerra mundial, quienes adoptaron la tesis de que el objeto de las operaciones militares es destruir al enemigo mediante la aniquilación de sus fuerzas armadas o mediante otros medios más rápidos y fácilmente realizables. Así se priva de toda consideración humanitaria a la población civil, pues mediante la aviación es la parte más "fácilmente" destructible del enemigo. La adopción del terrorismo aéreo por parte de Inglaterra, hecha el 11 de mayo de 1940 (precisamente 24 horas después de que Churchill había asumido todo el Poder), tuvo al parecer por objeto provocar represalias alemanas y enardecer así los ánimos del pueblo británico, que seguía resistiéndose a la guerra. Semanas más tarde, al ser derrotada Francia, y cuando Hitler hacía su nuevo llamado de paz a Inglaterra, Churchill ordenó intensificar los bombardeos "estratégicos" sobre la población civil alemana. No fueron devastadores, pero sí todo lo poderosos que podían ser en vista de las entonces casi infranqueables defensas antiaéreas del Reich. En julio Hitler hizo una advertencia: "Hasta ahora —dijo— no se ha contestado debidamente a estas agresiones, pero esto no quiere decir que yayan a quedar sin respuesta". 188