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DERROTA MUNDIAL
había proyectado a grandes rasgos que la operación la realizaran los ejércitos 16º y 9º,
partiendo de Calais y El Havre, respectivamente, primero con una oleada de 10 divisiones
y luego con otra de 21.
El profesor Hinsley, británico, coincide' en que la invasión de Inglaterra no fue
seriamente planeada porque Hitler ya pensaba entonces en atacar a la URSS, según se
desprende del examen de los archivos alemanes.
Estrategas tan acreditados como Von Rundstedt juzgaban muy difícil la invasión,
debido a la falta de una marina poderosa, en tanto que otros, como el mariscal Kesselring,
todavía hoy afirman que hubiera sido factible. Como ex mariscal de la Luftwaffe, Kesselring
asegura que en agosto y septiembre la aviación británica tenía muy precario dominio sobre
el Canal Inglés y que entonces, era realizable la invasión. El almirante Raeder, como jefe de
la Marina, juzgaba que no era tan completo el dominio del aire y que la invasión sería punto
menos que imposible. El Estado Mayor General no creía en la empresa, aunque luego
empezó a dudar.
Pero todos coinciden en que Hitler no llegó, a iniciar preparativos formales para esa
operación. Sus ojos estaban fijos en la URSS, tanto que en agosto llegó a considerar la
posibilidad de iniciar el ataque antibolchevique ese mismo año, pero esto no era posible
porque el solo traslado de sus tropas, desde Francia a Polonia, requería por lo menos tres
semanas y luego se necesitaba acumular pertrechos, de tal manera que la ofensiva vendría
iniciándose ya en vísperas del invierno.
Sin embargo, cegado por el odio contra Hitler, Churchill seguía empujando a
Inglaterra a una contienda en la que el único beneficiario era el imperio marxista de la
URSS, el cual sí alentaba una mortal enemistad contra el pueblo inglés. Entre Inglaterra y la
URSS no existían más nexos espirituales o materiales que los establecidos por los israelitas,
y fueron éstos los que decidieron la política exterior británica valiéndose del odio que
cegaba a Churchill.
Al descorrer el engaño que durante la guerra tendió la propaganda, Liddéll Hart
precisa en "La Defensa de Europa": "Todo lo que Hitler se proponía era asestar a Francia
un golpe contundente que la obligara a pedir la paz y ocupar entonces la costa del Canal
para obligar a Inglaterra a hacer lo mismo. El nunca pensó conquistar a Inglaterra...
Es interesante ver cuánto estaba él dispuesto a ceder para una reconciliación, aun
cuando más engreído se hallaba de su triunfo y los ingleses estaban casi indefensos". Pero
tales esfuerzos de reconciliación se estrellaban en el odio de Churchill. El escritor
norteamericano Sherwood dice que a Roosevelt le impresionó entonces "cuan pertinaz
sabía ser Winston Churchill". Los admiradores de Churchill lo llamaban tenaz e
indomable, y sus detractores, "obstinado, terco como una mula y con cabeza de palo". Para
afianzar a Churchill en el poder y dar cierta consistencia a sus arrestos bélicos Roosevelt
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