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DERROTA MUNDIAL
Aunque en aquel momento parecía que Alemania desplegaba grandes contingentes que
por su peso numérico estaban imponiéndose en Noruega, y aunque la propaganda así se
empeñaba en hacerlo creer, la verdad es que se trataba de una extraordinaria lucha en que
el arrojo y la sorpresa se imponían sobre enemigos muy superiores en número.
El general Falkenhorts, comandante de las fuerzas alemanas, inicialmente sólo disponía
de 8,850 hombres, que después fueron reforzados por 10,000 más. El teniente coronel
James A. Bassett confirma que en la operación de Noruega participaron «poco menos de
20,000 hombres», distribuidos en pequeños grupos a todo lo largo del accidentado
territorio noruego, aún cubierto de nieve.
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Setenta y dos horas después de iniciada la invasión alemana de Noruega los ingleses y
los franceses descargaron su golpe, al que Hitler se había adelantado. El general Auchinleck
dirigió la invasión aliada conforme al madurado Plan Stratford. Los objetivos inmediatos
eran Narvik, en el norte, y los puertos de Namsos y Andalsnes, en la cintura de Noruega.
Los submarinos alemanes recibieron la misión de estorbar el desembarque de los
aliados en Noruega. Varios de ellos lograron burlar los barcos de escolta y situarse
apropiadamente para el tiro, pero luego comenzaron a ver con gran decepción que los
torpedos pegaban en el blanco y no estallaban. El capitán Prien tuvo cerca de Narvik en
posición de tiro a tres grandes transportes de tropas y a dos cruceros, pero la carga
explosiva de los torpedos fallaba una y otra vez. En el mando de los submarinos se recibían
más y más reportes en el mismo sentido. Nueve sumergibles vieron así invalidados sus
penosos esfuerzos para acercarse al enemigo. Prien se quejaba amargamente diciendo que
los habían mandado a combatir con fusiles de palo. Las fallas de los torpedos ascendían al
66%.
En un principio los técnicos pensaron que el torpedo magnético que estaba en uso —y
que corría a bastante profundidad sin dejar estela delatora en la superficie— no estallaba
porque el magnetismo disminuía cerca del Círculo Polar Ártico. Se ordenó entonces usar
únicamente torpedos de percusión, pero también fallaban. Más tarde, cuando ya muchas
oportunidades se habían perdido, una investigación descubrió que los torpedos eran
entregados por la fábrica con un desajuste que ya hacía tiempo se había ordenado
enmendar, pero que inconcebiblemente estaba volviendo a ocurrir, ¿Negligencia o
sabotaje?
Los contingentes anglo franceses desembarcados en Namsos y Andalsnes formaban una
tenaza que tenía por meta cerrarse en Trondheim y aniquilar a los 1,700 alemanes que
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La Invasión de Noruega. Tte. Cor. James A. Bassett, Instructor de la Escuela de Comando y
Estado Mayor de Leavenworth, EE. UU.
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