DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 119
DERROTA MUNDIAL
C A PI T UL O
IV
L a G u e rr a q u e H it l er n o Q u er í a
(1939-1940)
Si la Guerra no Empezaba en Occidente, Rusia Lucharía Sola.
Hablando el Mismo Lenguaje de las Armas.
Ni con Silencio Pudo Ayudar Italia.
En las Orillas del Abismo.
Otra vez Hitler Tiende la Mano.
La Mampara del Idealismo.
Debilidad de la Franqueza.
La Terrible Grandeza de la Guerra.
Desigual Guerra en el Mar.
Noruega, Primera Línea de la Lucha Terrestre.
Francia es Empujada a Sangriento Abismo.
Las Panzer Dejan Escapar a los Ingleses.
El Derrumbe de Francia.
SI LA GUERRA NO EMPEZABA EN OCCIDENTE, RUSIA LUCHARÍA SOLA
A mediados de 1939 la crisis de Polonia se aproximaba a su climax y Stalin veía que ese
último obstáculo para la embestida alemana contra Rusia estaba a punto de desaparecer. Su
acertada evaluación de las circunstancias era semejante a la que hacían los consejeros
israelitas de Roosevelt: si la guerra se iniciaba exclusivamente entre Alemania y la URSS,
sería luego punto menos que imposible persuadir al mundo de que debería acudir en
auxilio del marxismo. Rusia tendría entonces que luchar sola... y sola, ¡estaba perdida!... En
cambio, si se lograba que el Occidente entrara en guerra contra Alemania antes de que ésta
atacara a la URSS, entonces quedaría automáticamente garantizado que el Occidente
combatiría en el mismo bando del bolchevismo. Y así fue. Una vez comprometidos en la
lucha contra Alemania, ningún inglés, francés o norteamericano rechazaría el concurso
armado de la URSS.
En consecuencia, el Kremlin extremó su cautela a fin de retardar lo más posible el
ataque alemán y le ofreció a Hitler un pacto de no agresión. El 10 de marzo de 1939 Stalin
pronunció un discurso en el que significativamente no lanzó ningún ataque a Alemania, y
por el contrario, dijo que no sacaría las castañas del fuego a las potencias occidentales,
lanzándose a una aventura contra el Reich.
Hitler tomó con desconfianza y hostilidad ese extraño cambio, pero las ofertas
soviéticas se repitieron por diversos conductos y los diplomáticos alemanes creyeron que
ésta era una gran oportunidad.
119