DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 112
Salvador Borrego
de que los Estados Unidos combatirían en contra de Alemania. Esto tendería a vigorizar la
resistencia de Polonia a un entendimiento con Hitler.
Por otra parte, Jules Lukasiewicz, Embajador polaco en París, el 29 de marzo de 1939
informó a su Ministerio de Relaciones que había conversado con Bullit y que le había
manifestado que era "infantil, ingenuo y al mismo tiempo desleal proponer a un Estado que
se encuentra en la situación de Polonia, que comprometa sus relaciones con un vecino
fuerte, como Alemania, y lance sobre el mundo la catástrofe de una guerra sólo para poder
atender las necesidades de la política interior inglesa".
El 28 de abril de 1939 Hitler habló ante el Reichstag y expuso las dos peticiones que
había hecho a Polonia y las dos ofertas que le brindaba a cambio. Esto constituye, dijo, "la
más considerable diferencia en aras de la paz de Europa". Estaba dispuesto a olvidar los
territorios perdidos y a reconocer las fronteras entonces existentes si se le permitía la
comunicación con Prusia a través del Corredor Polaco. Además, a cambio de ese acceso a
Prusia, cedería otro igual para Polonia hacia el puerto de Dantzig.
En este mismo discurso (y pese a la desairada actitud que sus ofrecimientos de amistad
habían hallado siempre en los estadistas británicos partidarios de Churchill) Hitler enfatizó
bien que sus ambiciones se enfocaban hacia el Oriente. "Durante toda mi actuación política
he mantenido siempre la idea del restablecimiento de la estrecha amistad y colaboración
germano británica... Este deseo de una amistad y de una colaboración germano inglesa no
sólo está -conforme con mis sentimientos, sino también con mi opinión sobre lo
importante que es la existencia del Imperio británico en interés de toda la humanidad.
"El pueblo anglosajón —agregó— ha llevado a cabo en el mundo una inmensa obra
colonizadora. Yo admiro sinceramente esa labor. Desde un elevado punto de vista
humano, el pensamiento de una destrucción de esa obra me pareció y me parece solamen-
te un caso de erostratismo... Yo estimo que es imposible establecer una amistad duradera
entre el pueblo alemán y el anglosajón si no se reconoce también del otro lado que no sólo
hay intereses británicos sino también intereses alemanes. Cuando Alemania se hizo
nacionalsocialista e inició así su resurgimiento, yo mismo he hecho la propuesta de una
voluntaria limitación de los armamentos navales alemanes. Esa limitación presuponía la
voluntad y el convencimiento de que entre Alemania e Inglaterra no' debería ser ya jamás
posible una guerra. Todavía hoy tengo esa voluntad y esa convicción".
Hitler fue increíblemente pertinaz en sus recelos y en sus esperanzas. Y así como
jamás creyó posible transigir con el marxismo israelita, tampoco nunca perdió la esperanza
de que se evitaría la guerra entre Alemania y los países occidentales encabezados por
Inglaterra, Francia y los Estados Unidos. Sus reiterados fracasos en este propósito nunca
los creyó definitivos. Siempre confió en que si Alemania luchaba contra el bolchevismo,
acabaría esto por tranquilizar al resto del mundo y que esa lucha se vería como un
acontecimiento benéfico para la civilización Occidental, cuyas características de propiedad
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