cultura
En Belén fue erigida la estatua El Último Andaquí, del escultor Emiro Garzón. Este monumento al pueblo andakí está ubicado en la entrada de la población, tiene una altura de 8 m por 4,50 m de ancho. Simboliza a un Andaquí que emerge de lo profundo de la tierra; sus manos son el símbolo de rebeldía que se levanta en el infinito; del fondo de la tierra brotan, en cambio, otras dos manos que tratan de hundir el rostro del indígena.
También escrito andakí y llamado alternativamente aguanunga o churuba— es un pueblo indígena que habitó la cuenca alta del río Caquetá
andaqui
Actualmente solo
sobreviven comunidades
rurales andakí en los municipios de Acevedo (Huila) y Belén de los Andaquíes (Caquetá), en inmediaciones de los ríos Pescado y Fragua, aunque estos indígenas ya no hablan su propio idioma. Sin embargo, los relatos regionales, especialmente de los indígenas inga que han ocupado parte del antiguo territorio andakí, insisten en que aún habitan andakíes no contactados en los bosques de las cabeceras del Madiyaco, donde documentos del siglo XIX ubicaban los últimos refugios de andakíes selváticos.
El nombre "andakí" o "daakí", está ligado al consumo ritual del yajé. Para algunas lenguas indígenas, andakí y yajé son sinónimos. Para conocer el "espíritu del yajé" y la disposición de éste, se requiere un preparado especial, que los chamanes denominan "andakí", e incluye el uso de las flores del "borrachero" (Brugmansia).
Estas flores son identificadas con la inmensa
flor mítica de borrachero que se convirtió
en el sol, tras ser penetrada y fecun-
dada por el yajé, que se elevó
tras ser probado por los hombres
(Ramírez y Pinzón 1987, 198).
Por otra parte, los chamanes
inga, reconocen el papel
que tuvieron los andakí,
para adquirir su
conocimiento del yajé.