De tránsito 1. Apr. 2014 | Page 19

—Uy, qué seria. Todavía que tocaran Los espíritus oscuros, pero esto sí suena bien. —Malditos espíritus. No nos dejan tranquilos ni un rato con su escándalo. —Mejor cállate, Chobi.Yo vivo ahí, y lo padezco más. —¡Rafa! Tu novia está criticando a tu hermano. —Cállate, animal. Tú empezaste. —¿No quieres tantito? —Si Sabina los cacha metiéndose esa cosa en su casa, los mata, ¿no? —N’ombre, qué va. Ella es peor. —¿Y Laura? —Esa nomás es naturista y ninfómana. —Bien sana. —Y bien buena. —Mejor ya cállate, no la vayas a regar. Ahí viene el Rafa. —Estuvo bien la obra, ¿no, mi amor? Si no tomamos en cuenta los retortijones que sentí cuando a Rafael le tocó estrujar a Laura en escena, sí, la verdad la función había salido muy bien, con el teatro lleno a reventar. Esa noche, Rafael, Juan Carlos, el Chubby, y el resto del elenco, salvo Laura -que se marchó temprano “porque no le gusta desvelarse”-se pusieron hasta atrás de todo lo que encontraron. La casa de Sabina era un verdadero arsenal de vicio. Había de todo, pero yo sólo le entré al alcohol. Quién se lo hubiera imaginado. Tan decente que se ve la señora. 19