De las ciudades redondas a los anillos espaciales | Page 71
Antonio Pinto Renedo
los filamentos de modo giratorio y rodearían a los otros
con los que coincidieran para no interrumpir su marcha.
Estos filamentos estarían compuestos por la materia pri-
mordial que no tiene ninguna partícula en su interior y
que son los verdaderos átomos.
LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU
Podría decirse que el espíritu esencialmente se
compone de un conglomerado de átomos de caracterís-
ticas semejantes a los ya conocidos, los cuales han sido
tomados de la materia ordinaria. La diferencia está en
que en su interior reside lo que podríamos llamar alma,
es decir unas partículas no formadas por ninguna otra,
aunque no necesariamente indivisibles, y unidas entre sí,
cuya única función es sentir y tomar decisiones y que
son la verdadera naturaleza del ser, el conglomerado de
átomos que la rodea simplemente actúa como comple-
mento semejante al cuerpo, pero que le acompaña des-
pués de la muerte y facilitan al alma cualidades como
acción, memoria y desplazamiento.
La función del espíritu es, por lo tanto, actuar
como intermediario entre el alma y el cuerpo y contiene
cualidades de ambos.
LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR
Después de la gran explosión que expandió la ma-
teria por el espacio comenzaron a formarse las nebulosas
de polvo, de las que surgirían las estrellas y con la agru-
pación de estas, las galaxias. Las primeras estrellas so-
lían ser gigantes y estallaban con facilidad inundando el
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